Querida audiencia
Pedir puede resultar un acto impúdico, una especie de subrayado de la idea del “otro” que siempre es riesgoso. Pedir puede ser un pecado sancionado con el silencio o con la excusa, la conmiseración o la desconfianza. Pedir es difícil. No siempre que se pide se consigue. No siempre se pide bien. Saber pedir es complejo. Y para Anfibia ha sido una idea lejana; porque Anfibia nació dentro de una universidad pública que siempre hizo frente a la mayor parte de los costos de hacer una revista de alta calidad y hasta ahora, hasta este año, sólo les hemos pedido que nos lean, que nos compartan, que nos sigan, que vengan a nuestras fiestas.
Durante años la Universidad Nacional de San Martín garantizó la independencia y el funcionamiento de una estructura periodística y cultural que hoy sigue dependiendo en buena parte de su Secretaría de Cultura, Comunidad y Territorio. Hace ya siete años —Anfibia cumplió doce y va por los trece— la revista que ponía todo el esfuerzo en producir textos escritos por académicos y narradores del periodismo y la literatura comenzó a dar pasos hacia una sustentabilidad cuya lógica no era pedirle todo a la universidad. Si queríamos crecer, debíamos darnos un impulso propio para crear, producir y ofrecer nuevos modos de ser anfibios. Quizás, lo pienso ahora, también se trató de crecer como el único modo de sobrevivir ante la crisis en la que entró el periodismo.
Por eso creamos la Asociación Civil Cronos Lab. Cronos se transformó primero en la casa de Cosecha Roja. Trabajamos construyendo la agenda feminista, dándole cobertura en Argentina y América Latina y aprendimos a gestionar fondos internacionales para programas de formación y proyectos de investigación. Ese aprendizaje nos permitió luego gestionar también fondos para ideas anfibias como el Laboratorio de No Ficción Creativa, la beca Cosecha-Anfibia para líderes de medios o el nuevo programa Futuro Imperfecto y su festival anual. Hoy Anfibia es un proyecto de gestión híbrida entre la UNSAM y Cronos y esa colaboración es clave en su permanente capacidad de transformación. La universidad cubre la mayor parte de los salarios, pero todos los gastos logísticos, el alquiler de la redacción, la contratación de personal especializado, y la ampliación del equipo anfibio salen de lo que pueda lograr la asociación con sus diversas estrategias de recaudación de fondos.
En marzo se incendió nuestra amada redacción. Por primera vez dimos el paso que entre el pudor y el prejuicio de que pedir es pecado nunca nos habíamos animado a dar. Les pedimos ayuda enseguida. Inmediatamente ustedes respondieron. En menos de tres días habíamos logrado juntar lo necesario para poner en marcha la reconstrucción. El seguro cubrió algunos gastos, pero sin ustedes no hubiéramos podido. La mitad de sus donaciones las usamos para reponer las computadoras y el equipamiento de podcast (micrófonos, grabadoras, auriculares). La otra mitad sirvió para reponer el mobiliario y pintar la oficina.
Pudimos volver a nuestro lugar de trabajo y seguir haciendo lo que sabemos: sostuvimos las publicaciones en la revista y produjimos podcasts con grandes autorxs para entender la época que vivimos.
Inspirados en la certeza de que existen, de que cada uno de ustedes tiene la pasión y la inteligencia anfibia necesaria para comprender nuestra situación actual, es que nos animamos con toda humildad y respeto a proponerles un programa de membresía: la Comunidad Anfibia. Nuestros contenidos van a seguir siendo gratuitos y abiertos. No vamos a bombardearlos con correos pero les mantendremos al tanto de las novedades con un newsletter mensual. Tendrán descuentos en talleres, recibirán invitaciones prioritarias a nuestros eventos, descuentos en libros de distintas editoriales, laboratorio de idiomas, descuento en los cursos de Lectura Mundi y diplomaturas de la Secretaría de Cultura, Comunidad y Territorio (UNSAM) y otros beneficios que iremos preparando y renovando para ustedes.
Queremos que formen parte de una comunidad vibrante, inquieta, que no se entrega ni a la queja ni a la melancolía como las únicas formas de enfrentar la época. Su aporte es importante para que podamos seguir adelante, comprometidos con el periodismo independiente y la experimentación creativa. Ojalá sea del mejor modo y que 2025 nos encuentre juntxs.