El sciolismo versión LGBT se llama Igualados y se cocinó en la Fundación DAR (Desarrollo Argentino), un think tank criollo. La usina de políticas públicas nació en 2013, partiendo de la premisa de que el país tiene “materia prima y materia gris” y que es clave organizarlas. Lo coordina José “Pepe” Scioli -hermano del candidato- y funciona en un amplio y moderno piso sobre la calle San Martín, en plena city porteña. El lugar huele como uno se imagina que huelen las fresas. Los muebles son blancos, sin excepción. Los colores los ponen las flores, los termos naranjas, un cuadro de Evita y las banderas argentinas. En ese espacio se juntan 27 grupos para discutir y diseñar las herramientas para la Argentina de la tres T papales y las I sciolistas: inversión, innovación e igualdad.
El 23 de septiembre fue el turno de la igualdad pero innovada. El acto íntimo de presentación del equipo de sub-treintas que conforman Igualados fue en la sala central, ambientada para la ocasión. Corrieron la enorme mesa blanca de trabajo, ubicaron veinticinco sillas y, arriba de cada una, pusieron una remera marca Mistral con logo de la organización, un anotador, una lapicera naranja y folletos blancos con frases del Papa Francisco sobre lo bello, auténtico y bueno que es formar una familia. Los invitados no disimulaban su acopio de merchandising. En la proa estuvieron Pepe Scioli; Guido “Kibo” Carlotto, Secretario de DDHH; Alejandro Collia, Ministro de Salud; Ignacio Crotto, Secretario de Turismo. La actividad, poco común para la militancia LGBT, reunió a representantes de universidades con estrellas del espectáculo: Víctor Laplace, Ana María Piccio, Andrea Estévez, Agustina Kampfer y la ex de Diego Maradona, Verónica Ojeda.
Lo que no había era referentes LGBT de alta visibilidad, tampoco delegaciones de organizaciones. La Fundación tuvo desde su constitución la intención de incluir la diversidad. Hace dos años, incluso, se reunieron con una importante organización gay porteña, pero los integrantes no apostaron a sumar cuadros. Hubo que esperar meses y meses para formar filas propias con un carácter “innovado” (la “I” más enigmática de la tríada sciolista). Por un lado, porque ninguna organización está dispuesta a diluirse en una fundación. Por otra, porque la forma pensada para DAR era la de ‘think tank’, evitando participar de la interna organizacional de la diversidad sexo-genérica.
Desde afuera, la opinión de los referentes se divide entre quienes articulan en conversaciones informales y han recibido la invitación a formar parte del espacio partidario de una organización federada y quienes se limitan a mantener “cordialidad” con aquello que probablemente tengan en sus manos el diseño y aplicación de una política que los incluya. La propuesta del sciolismo de crear un Ministerio de Derechos Humanos y la ampliación discursiva produce todavía tantas incógnitas que la mayoría de los grupos -aún los no peronistas- escucharon a Perón y decidieron “desensillar hasta que aclare”.
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El equipo que hoy conforma Igualados nació en la Secretaría de Turismo de la Provincia y terminó siendo central en la agenda de campaña del candidato a la presidencia Daniel Scioli. Quieren, dicen, un país con igualdad “real y concreta”, sustantiva en términos de los debates de filosofía política frente al procedimentalismo liberal o socialdemócrata.
Héctor Griffini, que lidera el equipo, alto y delgado, lucía un traje impecable, zapatos y corbata fucsia. El joven, técnico en Políticas Públicas por la Universidad Tres de Febrero, maneja una dialéctica sin fisuras que combina metáforas, literalidades y una mirada que no duda.
—¿Por qué hacés hincapié en igualdad ‘real’?
—Porque no puede ser que en un país las personas trans mueran a los 35 años, que haya quienes creen que eligen prostituirse. Eso no puede pasar más.
El planteo de Igualados es hacer desde el piso de la “realidad” que relevaron en sus viajes como funcionarios. Matías, Vera, Pablo, Tomás y Alejandra contaron cómo, recorriendo la Argentina profunda, descubrieron de todo: desde ciudades ‘gay friendly’ que cuestionaban si alguien pedía una habitación doble para dos varones, hasta personas en los pueblos más recónditos que no sabían que tenían derecho a tener un DNI con su nombre y género autopercibido. “Allí vimos la necesidad de un puente entre lo declamado y lo real”, afirmó Matías. Parte de su trabajo desde los primeros meses de este año fue relevar todo lo hecho en materia de diversidad, en Nación y en Provincia.
Miran lo que se hizo. Planifican lo que falta. Quieren ser “un puente para conectar la legislación con la sociedad”. Se refieren a la Ley de Matrimonio Igualitario, a la de Identidad de Género, a la resolución del Ministerio de Salud de eliminar la pregunta sobre preferencia sexual del aplicativo de donar sangre, de la Ley de la Provincia de un cupo de 1 por ciento obligatorio de personas trans en los puestos laborales de la administración pública. ¿El cómo? Consenso, diálogo y política pública.
—Como dice Daniel: lo que no se puede medir, no se puede mejorar y lo que no se puede mejorar se vuelve obsoleto —dijo Griffini.
Previo a las leyes insignias del kirchnerismo (matrimonio igualitario e identidad de género), en la órbita bonaerense se había avanzado de la mano de resoluciones tanto en el ministerio de Salud como en el de Educación. Aunque su aplicación en el territorio llano e infinito no fue efectivo, se había reglado respetar el nombre elegido por las personas trans. Mientras tanto, a nivel nacional, se demoró casi dos años en reglamentar el artículo 11 de la Ley de Identidad de Género, que refiere a la salud, ya que requiere de formación de recursos humanos e inversiones variadas.
Para Igualados está clara la distancia entre la realidad formal de la ley y la sustancial vida concreta. Es ahí donde ven necesario construir “puentes”. Hablan de “acción estatal consensuada” sobre los ejes de trabajo, educación y salud. El programa, avisan, lo están “trabajando con sus equipos técnicos”. Aún así, es un lujo frente al cri cri en torno a la temática de diversidad que se oye en las fuerzas tradicionales.
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“Si vos te sacás la corbata, yo también”, dijo Kibo Carlotto cuando vio a un joven relajado con el primer botón de la camisa abierta, mientras entraba al salón. De a poco los asistentes se adaptaban a la onda de la ola naranja. Mientras Ileana Calabró contaba que compuso una canción bajo el nombre “La marcha del orgullo”, la Piccio se sacaba la camisa -pero no los lentes de sol- para ponerse la remera de Igualados y bromeaba con un desnudo. Estévez respondió preguntas de movileros sobre su ex Matías Alé -que dijo públicamente que su novia estaba embarazada y después se retractó-: “Creo que se apresuró, es un tema muy delicado”. Verónica Ojeda habló de su hijo frente a otra cámara y Kampfer contó su look:
—Me puse abajo esta remera básica negra que era la única que no me hacía buche con la pollera.
—¿Y te podemos preguntar qué inversión tenés puesta en tu ropa?
—Nada muy caro. Este anillo es de India, así que es barato. La campera de cuero, quizá salió un poco más porque es de afuera.
A Pepe Scioli, que comanda el búnker refugio de los naranjos, la portación de apellido le eleva el umbral y le marca el juego. Él mismo lo dice y repite. Por eso fue cuidadoso en la elección de cada una de las palabras y en su lenguaje corporal. “¿Quién soy yo para juzgarlos?” fue la frase de Francisco sobre la homosexualidad que le valió la tapa de la revista gay neoyorquina Advocate y que Pepe eligió citar en el discurso inaugural. Con un tono calmo e informal y reiterados llamados a una base de acuerdo amplio y federal, le fue pasando la voz a sus compañeros de proa. A su lado, sentados de cara al público y sin micrófono, estaban Laplace, Carlotto, Collia, Crotto y Griffini. Todos varones, todos cautos:
—El otro día fui a un casamiento de lesbianas. “Lesbianas”, ¿digo bien? —chequeó Carlotto en su discurso y miró a una mujer trans de su confianza, que asintió —. Bien entonces, yo siempre pregunto por las dudas.
En la sala estalló la emoción cuando Laplace recordó el film “Adiós Roberto” como un mojón en el camino de la apertura nacional y leyó el cuento “El marica”, de Abelardo Castillo. Lo hizo en voz alta y tono sereno, distinto a aquel discurso al Congreso de Pepito Cibrián durante el debate por la Ley de Matrimonio Igualitario en 2010 que dejó perpleja a la senadora Liliana Negre de Alonso, de las huestes de Rodríguez Saá.
Carlotto definió a Scioli como una persona “a la que le decís ‘truco’ y te dice ‘retruco’”. Así fue cuando el Secretario le contó que habían nombrado a una persona trans como directora en la delegación de DDHH de Mar del Plata.
—¿Dónde está? La quiero conocer —le respondió Scioli.
El encuentro sucedió, meses después, en el Hotel del Mar de la ciudad feliz. “Fue muy emocionante y estoy segura de que vamos a tener un país más igualitario. Si esto no hubiese estado en la agenda política, no hubiéramos llegado hasta acá”, contó Daniela Castro, la primer mujer trans en ocupar el cargo. Para ella, las organizaciones viven a diario golpeando puertas y la Fundación simplificará el camino: “Todo va a ser más simple, sin filtros”.
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La Fundación DAR es un conjunto de equipos de más de 50 profesionales organizados en 27 mesas de trabajo sobre producción, economía y desarrollo social, entre otras. Griffini la explica así:
—Daniel es el único candidato que no sólo trabaja para ser candidato: trabaja para ser presidente.
A Pepe se lo veía emocionado, jocoso, mostrando la remera ante las cámaras. Se ocupaba, con gestos y palabras, de mostrar que lo que ahí sucedía, lo trascendía:
—La directiva que nos baja Daniel Scioli es que esto sea un lugar abierto, de pensamiento. Acá escuchamos iniciativas, nos llegan propuestas a través de las redes o de nuestra página. Nosotros los recibimos, los invitamos a venir acá y los dejamos crear —dijo.
Las propuestas son analizadas en clave política. El peronismo y el Papa estuvieron presentes en el acto, no sólo porque los citaban, no sólo porque sus frases acompañaban los flyers, sino también porque aparecían en los portaretratos, al lado de otras imágenes de Néstor, Cristina, Evita, Michelle Bachellet, Messi, Maradona y Karina Rabolini, que está cada vez más presente en la campaña como una figura que intriga. Una de las fotografías más grandes que había en la biblioteca está sacada desde atrás de su hombro. Se la ve a ella reflejada en un espejo pocket maquillándose. Enfrente, Scioli de traje, la mira.
—Lo nuestro sigue el rumbo que hace muchos años inició Argentina: ampliar derechos con igualdad. Francisco marcó el camino de abrir los brazos, de ser inclusivo. No hay que olvidarse: tenemos una Papa argentino.
“Y peronista”, agregará Carlotto después.
El think tank funciona así: reciben propuestas, las dejan “volar” y luego las sistematizan. De cada iniciativa, le presentan a Scioli “un brief”. Se apela a un vocabulario de técnica política propia de los modelos empíricos de gestión pública.
—Cuando bajamos a las provincias, vamos con una agenda social que articulamos con la iglesia, una agenda productiva que tiene que ver con las cámaras económicas y con la academia: tenemos convenios con más de 32 universidades. Hacemos mesas abiertas, sin ideologías, con total amplitud, escuchamos a todos.
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El camino de Igualados a través de la Secretaría de Turismo es poco común para la formación de cuadros en derechos humanos. En general, las organizaciones LGBT de nuestro país surgieron de la militancia partidaria o como ONGs al calor del financiamiento neoliberal de los años 90. Pero bajo la dirección de Crotto, la secretaría visualizó el mercado del turismo gayfriendly en perspectiva de lo que los estadounidenses llaman “economía del long tail”. El proyecto terminó siendo un pucará privilegiado: desde allí recorrieron el país, conocieron los distintos niveles del Estado, se relacionaron con el sector privado e hicieron un diagnóstico. Después de la primera travesía, a principios de 2015, la organización se complejizó.
—Ahora trabajamos con tres pilares: educación, trabajo y salud. En este marco, la diversidad es una virtud —contó Alejandra y apuntó un dictum cuasi hegeliano—. El “otro” nos recuerda que somos parte de un todo. Y allí buscamos producir respeto y reconocimiento.
Scioli obtuvo un 38,41 por ciento a nivel nacional en las PASO y el partido se organizó para cautivar un 6 por ciento más en la provincia y llegar al 25 de octubre con una victoria sin balotaje. Así lo discutieron intendentes y dirigentes durante la Cumbre del PJ en Mar del Plata, a principios de septiembre. Los Igualados confían pero aclaran:
—Ya somos un grupo, pase lo que pase vamos a seguir trabajando.
No se piensan sólo como un conjunto de personas, se conciben como una plataforma de producción, diseño y planeamiento. Sus integrantes son estudiantes y recibidos de Ciencia Política, Abogacía, Relaciones Públicas, Criminología, Docencia, Sociología con posgrado en cultura.
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La lectura de Laplace y las declaraciones de Kampfer no fueron el único condimento de espectáculo. De jean, sonriente y pisando fuerte sobre el alfombrado, Ileana Calabró dijo:
—Acompaño desde mi lugar de artista. Yo apoyo todas las causas nobles. No me guío por partidos políticos.
Las paredes de la Fundación, decoradas con fotos de Perón y un cuadro de Evita del pintor Horacio Abate, rezaban: “Donde hay una necesidad, existe un derecho”. Y otra, la frase más odiada por el antiperonismo: “La Razón de mi vida”. Evita, actriz y luego líder de los trabajadores, surgió del subgrupo del espectáculo y ese mundo, aunque con sus diferencias históricas, no le fue ajeno. Su devenir personal la reubicó y le juntó odios, aún de aquel grupo de procedencia que fue tan cruel como para dejar morir de tristeza a Discépolo.
Ileana recordó cuando le propuso a Jorge Guinzburg una escena en la que dos mujeres se daban un beso, como llamado a la paz. La obra era “Terminestor” y se exhibió en el teatro Candilejas 1 de Carlos Paz.
—Produjo resquemor al principio y luego fue una revolución mediática —contó sobre el pico que se daba con Jésica Cirio.
Fue tan solo 5 años antes de que en Argentina existiera Ley de Matrimonio Igualitario. Ahora, Calabró compuso un tema sobre diversidad que quiere cantar en la Marcha del Orgullo de noviembre.
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No todo fue jet set: representantes de universidades y algunos militantes acompañaron el acto. Ornella Infante, activista trans de la Asociación de Travestis y Transexuales Argentinas (ATTA) dijo:
—Yo soy bien pensada, creo en los compañeros y en el peronismo, que fue quien nos dio derechos a los más postergados: desde los trabajadores hasta las personas trans.
Infante, que también coordina la Escuela Popular de Formación en Género de la Universidad Nacional del Comahue, tiene una formación política distinta a la de Igualados pero coincidió con ellos en que Scioli es el único candidato que puso el tema en agenda. Antes, lo hicieron Néstor y Cristina.
—Las organizaciones somos necesarias: los iluminados y los académicos, por más estudios que tengan, si no suman territorio nunca van a lograr las políticas públicas que queremos. Falta que tengamos plena ciudadanía: acceso al trabajo registrado que no se limiten a “puta, modista y peluquera”, vivienda y una vejez digna —dijo.
Como señaló el ministro Collia durante el evento, la Provincia de Buenos Aires fue una adelantada a los logros nacionales y hace pocos días votó la ley del cupo:
—Es una acción afirmativa que nosotras mismas impulsamos. Mi primer empleo registrado fue a los 36 años. El trabajo te hace sentir de una forma que sólo el trabajo te hace sentir —explicó Infante.
Esta ley, criticada por la derecha en los espacios virtuales, invitando a usar pollera para conseguir trabajo, será una medida de promoción por la cual cerca de 7000 personas trans (1% de la administración pública provincial) accederán a empleo digno.
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Cuando las visitas se iban, llegó Fátima Flores –famosa por sus imitaciones a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en el programa de Jorge Lanata- y Pepe se reunió en privado con representantes de universidades. Sólo los Igualados, funcionarios de DAR y María Pinto -la compañera de Pepe y asesora de la organización- se quedaron en el fin de fiesta.
Relajados, se aflojaron y empezaron con los chistes de ocasión. María y Esteban, dos pilares políticos y afectivos de Pepe amenizaron el final y se dieron el tiempo para remarcar con doble trazo que ni Macri ni Massa incluyen la diversidad sexo genérica en su agenda. Griffini cerró con una frase:
—Gobernar económicamente para pocos es también gobernar socialmente para pocos.