Ensayo

O sea, digamos: Macri y la reinvención del PRO


Atrapado en libertad

Macri no es el hombre imprescindible que se imaginaba en el gobierno de Milei. Su partido no cogobierna como él soñaba y La Libertad Avanza le arrebató la idea fuerza del cambio. El PRO perdió su discurso, su identidad y está detonado por las internas. Ayer el ex presidente tuvo su primer acto político del año para empezar a redefinir la estrategia. ¿Cómo hará para no diluirse detrás del gobierno? ¿Aspira a ser aliado o potencial recambio? ¿Cuál es la trampa en la que Macri se encerró sólo y qué opciones le quedan?

En los inicios del gobierno de la Libertad Avanza, Mauricio Macri percibió una sombra que lo descolocó: Javier Milei demostraba virtudes impensadas, vocación de poder y liderazgo. Y a su idea original de que el PRO podía cogobernar, la bloqueó Santiago Caputo. El ex Presidente vio que no sería la figura indispensable que se había imaginado. Empezó entonces a pensar cómo salir del laberinto en el que de repente se encontraba y del que había sido su principal arquitecto cuando detonó el PRO. Primero, primero fogoneando la interna entre Bullrich y Larreta; luego exasperando a la actual ministra de Seguridad con declaraciones favorables a Milei en plena campaña; por último, apoyándolo abiertamente en el ballotage contra Massa. El Frankenstein que ayudó a crear se quedó con su electorado y con la idea rectora en la que apoyó a su partido durante veinte años: la del cambio. Macri está ahora ante un gran desafío: ¿cómo recuperar lo que él mismo entregó para sacar al peronismo del poder?

El encuentro del jueves en La Boca fue el primer acto público de Macri desde que asumió Milei. A pesar de que los dos ex candidatos presidenciales del PRO del año pasado, Horacio Rodriguez Larreta y Patricia Bullrich no fueron por las diferencias que tienen con él, el evento contó con la participación de casi todos los dirigentes importantes del espacio y funcionó como cierre de la primera etapa de su plan para recuperar al PRO y ordenarlo. Esto comenzó con un movimiento clásico del calabrés: la venganza. En este caso contra Patricia Bullrich. Al ex Presidente le había molestado mucho haberse enterado por los medios que ella había aceptado ser ministra de Seguridad. El enojo aumentó cuando se dio cuenta que él ya no sería el único interlocutor válido entre el gobierno y el PRO y más aún cuando detectó que la flamante ministra buscaba sumar gente de su espacio. Esto lo leyó como un intento por vaciarlo de poder. Macri decidió entonces que iba a desplazar a Bullrich de la presidencia del PRO y que él iba a asumir en su lugar. Lo consiguió. Pero, además, desplazó a la ministra de cualquier rol institucional de relevancia en el partido. Habían acordado que ella sería la presidenta de la Asamblea Nacional del PRO, pero cuando llegó el momento de la votación, la mayoría de los presentes, que respondían al ex Presidente, votaron al ex intendente de Pinamar Martín Yeza, un hombre de Macri. Sólo del fútbol debe disfrutar más que de la venganza el ex Presidente.

Con el PRO bajo su dirección, con su liderazgo revalidado y con Bullrich derrotada internamente, Macri habló públicamente el jueves para marcar el rumbo a sus dirigentes y militantes: “Sigamos apoyando al Presidente en esta cruzada por el cambio”, dijo. Y aprovechó también para castigar, sin nombrarlos, a Santiago Caputo y, en menor medida, a Karina Milei: “Pudimos ayudar (a Milei) a pesar de su entorno”. 

Macri está convencido de que el poderoso asesor presidencial es el principal obstáculo para establecer acuerdos con el PRO. Hay algo más: considera que fue destratado en Tucumán durante la firma del Pacto de Mayo y señala como responsable a Caputo. Parafraseando a Rodrigo De Paul cuando la Selección ganó la Copa América, “respeten los rangos” debe haber pensado el ex Presidente. 

La primera entrevista que concedió Caputo desde que asumió Milei no alcanzó para evitar el dardo de Macri. En un movimiento torpe, alertado de que Macri lo castigaría en su discurso, Caputo decidió responderle unas preguntas al periodista Manuel Jove y se deshizo en exagerados halagos: “Tengo una excelente opinión de Macri”; “sentó las bases para que la Argentina pueda cambiar”; “admiro la construcción hizo del PRO”; “estamos enormemente agradecidos por su apoyo incondicional”. Seguiría citando textuales de Caputo sobre Macri, pero se me empalaga demasiado el texto. “Estuvo generoso por demás”, le dijo, pícaro, Macri a Luis Majul el jueves por la noche. 

Sólo del fútbol debe disfrutar más que de la venganza el ex Presidente.

Hablé con dos asesores del círculo de máxima confianza del ex Presidente y les pregunté cómo leían las sorpresivas declaraciones de Caputo. “Fue gracioso que creyera que con algo tan obvio como salir a abrazarlo justo ahora Mauricio iba a morigerar sus críticas”, me dijo uno de ellos. El segundo fue más terminante: “Caputo es audaz y vivo. Pero hubo muchos audaces y vivos que se la pusieron de sombrero. Debería modificar su actitud para no terminar igual”. Parece que el macrismo no lo quiere mucho a Santi.

Para que no quede ninguna duda de lo que piensa, en las entrevistas posteriores a su discurso Macri aclaró que por “entorno” se refería principalmente a Santiago Caputo. 

Hay quienes señalan que el cada vez menos misterioso asesor estrella de Milei respondió al ex Presidente a través de una nueva cuenta de X que le atribuyen: @bprearg. “Es todo tan elemental que me aburre”, posteó. El día anterior, la misma cuenta publicó minutos después de la entrevista en la que Caputo elogió a Macri algo que borró rápidamente: “Your move”, decía el tuit. Macri movió, pero no como esperaba el asesor presidencial. 

Con menos enojo, el ex Presidente también marcó diferencias con Karina Milei. En una amable conversación con su amigo Jonatan Viale, incluyó a la hermana del Presidente en el “entorno”: “Todo lo que hemos hecho siempre ha sido con la contra de ellos. No entiendo, queremos ayudar, hay experiencia”, dijo. Un diputado del PRO muy cercano a Macri me complementó lo que piensa el ex Presidente: “Ese management de gobierno de Karina y Santiago no puede terminar bien”. Quien salió a defender a Karina fue Sebastián Pareja, dirigente muy cercano y armador de la Libertad Avanza en la Provincia de Buenos Aires. En su cuenta de X posteó: “La gesta histórica que hoy encarna nuestro Presidente @JMilei sería imposible sin el trabajo incansable de @KarinaMileiOk, que entre muchas cuestiones fundamentales impide que se antepongan en el camino falsos profetas, viejas prácticas y quimeras que intentan borrar el horizonte del Presidente de la Nación”.

“Pudimos ayudar (a Milei) a pesar de su entorno”, dijo Macri. Para que no quede ninguna duda, en las entrevistas posteriores a su discurso aclaró que por “entorno” se refería principalmente a Santiago Caputo.

Con “hay experiencia” y “queremos ayudar” Macri hace referencia a otra crítica central que planteó públicamente a Milei: “Sigue teniendo pendiente el desafío de construir un equipo”. Macri está convencido que hay una histórica ventana de oportunidad para hacer los cambios que él no pudo hacer porque hay un apoyo inusitado de la sociedad al ajuste, el achique del Estado y  la privatización de empresas públicas. Pero le preocupa que esa oportunidad se desaproveche y por eso quiere sumar cuadros técnicos que trabajaron en su gobierno, no necesariamente que sean integrantes del PRO, “segundas y terceras líneas”. Lo expresó con claridad el jueves: “El presidente tiene una debilidad en su capacidad de implementar sus ideas, los cambios requieren de una ingeniería, los argentinos quieren más cambios y más rápidos”. Macri teme que la paciencia de la sociedad se agote. 

¿Cómo cayeron en la Libertad Avanza las críticas a la gestión del ex Presidente? Un diputado libertario máxima pureza y con diálogo muy fluido con la Casa Rosada me lo sintetizó así: “En 8 meses hicimos lo que él no pudo hacer en 4 años, ¿y nos viene a decir que no sabemos gestionar? El PRO hoy es una segunda marca de nosotros”. Juan Pablo Scalese, elegido por Karina Milei para armar el espacio libertario en la Ciudad de Buenos Aires, posteó en X: “Su gobierno con “el mejor equipo de los últimos 50 años” no sólo no terminó con la inflación y la aumentó, sino que también aumentó la pobreza, sin olvidar que nos endeudó con el FMI. Usted no tiene ninguna competencia para marcar nada respecto a la formación de equipos”. Bueno, parece que no cayeron bien las críticas de Macri. 

Desde el entorno de Guillermo Francos, sin dudas el área más dialoguista del gobierno, el Ministerio de la Conciliación, me dijeron: “Pudo haber sido más hostil y fue bastante medido. Creemos que la reunión que tuvieron el Presidente y Macri el lunes por la noche en Olivos fue clave para que esto quedara contenido. Mauricio no dijo nada que nos lleve a un punto de no retorno”.

El movimiento del jueves fue curioso. Macri elogió a Milei,  pero criticó la gestión de gobierno. Raro. Estas piruetas discursivas son fruto de la incómoda posición en la que están él y el partido que fundó: ¿cómo marcar diferencias cuando su histórico electorado apoya mayoritariamente a Milei? Un íntimo colaborador de Patricia Bullrich cree que eso ya no es posible: “Macri entró a un callejón sin salida. Va a tener que recular en algún momento. Se va a tener que someter al gobierno porque los votos los tiene Milei”. Un importante dirigente bonaerense alineado con la ministra de Seguridad complementa esta idea: “Macri no se da cuenta que ya no puede imponer condiciones. La realidad es la que es”. 

El movimiento del jueves fue curioso. Macri elogió a Milei,  pero criticó la gestión de gobierno. Estas piruetas discursivas son fruto de la incómoda posición en la que están él y el partido que fundó.

Horacio Rodríguez Larreta piensa parecido. “Ya es tarde para que el PRO busque diferenciarse”, les repite a sus interlocutores y agrega: “El nivel de entrega que Macri tuvo con Milei hace irreversible que el electorado no identifique al PRO con el oficialismo”

Macri cree otra cosa. Está convencido de que hay algún margen para reconstruir cierta identidad y poder llegar a las elecciones de medio término con capacidad para negociar un frente electoral con la Libertad Avanza en los distritos donde les convenga a ambos, como por ejemplo en la Provincia de Buenos Aires para poder vencer al peronismo. El ex Presidente está defendiendo su cuota de poder, que está siendo asediada por el huracán libertario. “El Presidente nos ha pedido una fusión, en el siglo XXI nadie se casa sin antes convivir. Vamos de menor a mayor”, dijo Macri el jueves, rechazando nuevamente la idea de Milei, que también es la de Bullrich. La ministra de Seguridad tiene una frase de ribetes bíblicos para expresar lo que piensa: “La dirigencia no puede separar lo que la gente unió”. 

Un dirigente de diálogo diario con Bullrich me dice: “Es semántica la diferencia entre frente y fusión. Está la identidad PRO y la identidad LLA. Y juntas tienen que formar una identidad mayor para derrotar al kirchnerismo donde haga falta el año que viene. Es igual que cuando hicimos Juntos por el Cambio, donde estaban la UCR, la CC y el PRO, cada uno con su identidad”.

Macri está en su laberinto, que es a su vez el laberinto del PRO. Su gran desafío es transformar nuevamente en una opción de poder el partido que fundó, destruyó y ahora quiere refundar. Mientras tanto, lo acecha una trampa de la que aún no sabe cómo salir: si a Milei le va bien, el PRO podrá aspirar como mucho a ser furgón de cola de la Libertad de Avanza. Y si le va mal, la sociedad lo asociará con ese fracaso.