Ensayo

O sea, digamos: Marcos Galperín


El niño mimado del Estado

Con un patrimonio de 6.300 millones de dólares, el dueño de Mercado Libre y Mercado Pago dice que “la plata va y viene”. Mantiene un vínculo ambiguo con el Estado: lo defenestra, pero abraza todos los beneficios impositivos y de política económica que inclinaron la balanza a su favor. En los últimos meses cambió su perfil público. Ahora arremete en las redes contra políticos y periodistas. Diego Iglesias analiza por qué sus intervenciones son relevantes para la escena política y cuál es el núcleo de su identificación con los sectores medios y populares.

Marcos Galperín, el hombre más rico de Argentina, repite una respuesta para quienes lo critican en redes: “La plata va y viene pero el resentimiento dura para toda la vida”.

O sea, digamos: en su caso la plata nunca fue y vino, siempre vino. 

La familia de Marcos es dueña de Sadesa, la principal curtiembre del país: en su web se presenta como “uno de los mayores fabricantes de cuero del mundo”. La fundó su abuelo, Walter Leach, en 1941 y hoy la dirige su hermano, Miguel Galperín. Su papá, Ernesto, le pagó los estudios en Estados Unidos y le dio una pequeña oficina en el garaje de un edificio en General Paz y Panamericana, donde Marcos fundó Mercado Libre. 

Tal vez porque nunca tuvo necesidades económicas Galperín se expresa con tanta liviandad sobre la posibilidad de que una persona pierda su trabajo.

En agosto de 2022, el Wall Street Journal publicó un artículo sobre la economía de Estados Unidos titulado “La sorpresa en una economía tambaleante: los trabajadores despedidos encuentran trabajo rápidamente”. Galperín comentó en X: “Cuando las reglas laborales son modernas, las personas despedidas rápidamente encuentran nuevos empleos, muchas veces con mejores condiciones que el anterior”. 

Le pregunté sobre esta idea a Sebastián Etchemendy, politólogo especializado en economía política comparada: “No son las reglas laborales modernas sino el crecimiento lo que genera empleo. En 2020, durante la pandemia, la economía estadounidense cayó por el COVID y el desempleo aumentó sustancialmente. Un año después, con las mismas leyes laborales, la desocupación cayó luego de que la economía creciera fuertemente en recuperación”.

¿Por qué Galperín defiende tanto la legislación laboral desregulada estadounidense? Etchemendy es claro: “Porque le conviene”. Y agrega: “Él quiere aplicar ese modelo para Argentina porque quiere poder despedir fácilmente y sin costo. Quiere que el trabajo sea un commodity: si necesitás petróleo, comprás. Si no necesitás, no comprás. Si la economía crece, contratás trabajadores. Si cae, despedís automáticamente. No ve que las personas no son commodities”. Interesante. Es fácil defender la desregulación del mercado laboral cuando tenés un patrimonio de 6.300 millones de dólares, sos la persona más rica de Argentina y figurás en el ranking Forbes como una de las 500 más millonarias del planeta.

No todas las opiniones valen lo mismo

La semana pasada Ernesto Tenembaum describió al aire a Marcos Galperín: “Es facho y bruto”. Y argumentó esta calificación por las constantes agresiones del empresario contra todo aquel que piensa distinto. 

Una escena de hace casi dos décadas parece darle la razón a Ernesto sobre al menos uno de los calificativos. Fue en una cena de fin de año en los inicios de Mercado Libre. Galperín jugaba con algunos empleados a decir una frase y adivinar quién era el autor. Tiró una: “Estos son mis principios. Si no les gustan, tengo otros”. Y le contestaron sin dudar: “Groucho Marx”. Y a Marcos no le gustó tanto la respuesta rápida: “Me extraña que todos sepan tanto sobre el padre del comunismo”. 

Sorpresa e incomodidad entre la tropa de Mercado Libre. Karl es uno, Groucho es otro. Avísenle a Galperín.

Esta semana el multimillonario volvió a ser noticia por un comentario en su cuenta de X. Un usuario anónimo posteó una foto de Andy Kusnetzoff, Matías Martin, María O´Donnell y Sofía Martínez en el Hard Rock Stadium de Miami. Javier Milei, aburrido porque por estos días tiene que estar en Argentina hasta su próximo viaje, comentó sobre ese posteo: “Esta es la izquierda solidaria, la que gasta su dinero en gustos superfluos en vez de distribuir sus ingresos con los que menos tienen. Porque recuerden: el zurdo es capitalista con la suya y socialista con la ajena”.

Los cuatro periodistas agredidos por el Presidente habían viajado a Estados Unidos con Urbana Play, la emisora privada donde trabajan, para seguir a la selección argentina en la fase de grupos de la Copa América. Pero Galperín no se detuvo a reflexionar (una constante en sus intervenciones públicas) y se sumó al hostigamiento: “Padeciendo los estadios de un sistema desigual y cruel”, posteó.

Le pregunté a María O´Donnell qué pensaba de esta agresión: “Soy periodista, vivo de mi oficio y este fue un viaje de trabajo. Si hubiese sido un viaje particular, tampoco debería dar explicaciones porque la plata me la gano trabajando. La sensibilidad social no te la da tener o no mucha plata. Hay gente con muchísima plata que la tiene. Y gente, como Marcos Galperín, que no”. 

Este ataque a los periodistas quizás es parte de su percepción distorsionada sobre el mundo del trabajo. 

En su momento, Galperín también militó abiertamente a favor de la reforma laboral de Michel Temer en Brasil en julio de 2017. ¿El argumento? El mismo que para defender el modelo laboral estadounidense: la supuesta generación de empleo. Pero los datos para fundamentar sus opiniones no son su fuerte. Según el Banco Mundial, el desempleo en Brasil pasó de 12,7% en 2017 a 13,7% en 2020. Aquella reforma laboral redujo derechos sindicales hasta de las trabajadoras embarazadas y facilitó despidos. Pero no generó empleo. 

Galperín siempre ofrece un único modelo de capitalismo contemporáneo para discutir públicamente sobre leyes laborales: el de los países con menos regulaciones. Pero nunca habla de otros modelos de países desarrollados, como por ejemplo de Alemania. Ahí es caro despedir por las regulaciones que existen. Y por el nivel de sindicalización los salarios son mucho más altos que los de Estados Unidos. Por eso, durante la pandemia en Estados Unidos aumentó como nunca el desempleo y en Alemania no. 

A pesar de estas manifestaciones públicas el fundador de Mercado Libre es celebrado por una gran cantidad de usuarios y por mucha gente de sectores medios y medios bajos que se identifican con él. ¿Cómo se llegó a este escenario en el cual la persona más rica de Argentina es vitoreada por personas a las que les cuesta llegar a fin de mes?

Se lo pregunté a Patricia Ventrici, socióloga y co-autora del libro “El ADN emprendedor. Mercado Libre y el ADN tecnoneoliberal”. Según ella se explica por la penetración en la sociedad argentina y mundial de la idea del emprendedurismo, que concibe al éxito de una persona como resultado sólo de sus esfuerzos personales e invisibiliza todos los condicionamientos sociales que estimulan u obstaculizan la posibilidad de ese derrotero. 

Es la vuelta de un discurso hiper individualizante, típico del liberalismo, pero en esta etapa histórica vuelve repotenciado por las “posibilidades mágicas” de la tecnología. 

“Galperín es el máximo predicador local de la ideología oficial de la época, el emprendedurismo, y un caso de éxito indiscutible por sus empresas”, dijo Ventrici. Pero además, señaló algo interesante sobre el cambio del posicionamiento público del empresario en el último tiempo: “Pasó de un discurso al estilo Steve Jobs, en el que predicaba la meritocracia, a uno mucho más parecido, al menos en sus formas, al de Elon Musk: virulento, fanático y rústico”.

Para Ventrici se debe separar al autor de su obra, pero cree que la opinión de Galperín tiene efectos políticos importantes. Al fin y al cabo, es el empresario más importante del país, el principal representante del sector más dinámico del capitalismo actual y su marca, Mercado Libre, aparece en las encuestas como la más valorada por los argentinos. “Su postura actual de convalidar posiciones claramente autoritarias y sobre todo azuzar el clima de violencia política, legitima y por eso resulta muy irresponsable”, explicó Patricia. 

Le pedí su opinión a Matías Kulfas, ex ministro de Desarrollo Productivo durante el gobierno de Alberto Fernandez: “Hay que separar lo que piensa el empresario públicamente de lo que son sus empresas, que funcionan muy bien y ofrecen miles de puestos de trabajo. No me gusta cómo opina sobre política ni tampoco sus formas, pero lo que dice me parece irrelevante”.

Mercado Libre versus los bancos

Galperín tiene un vínculo ambiguo con el Estado. Un Estado que en general intervino sólo para favorecer a sus empresas. Esta es una queja desde hace años de otro actor de peso en la economía Argentina: los bancos. Durante años pelearon para que el Central le exigiera a Mercado Pago que aceptara la interoperabilidad del QR para tarjetas de crédito. Querían que MODO, la billetera virtual de los doce bancos más importantes del país (menos el Banco Provincia, que tiene su propia billetera virtual, Cuenta DNI),  pudiera usarse también en los comercios que tenían el QR de Mercado Pago. 

Por su poder de lobby, Galperín consiguió prórrogas desde mayo de 2023, cuando se sancionó la norma, hasta el 30 de abril de 2024, cuando entró en vigencia. Mercado Pago se resistió durante casi un año alegando que los bancos se iban a beneficiar de la estructura de cobro construída a cambio de nada. 

Era un argumento para escuchar. En Mercado Pago se guardaban un dato clave: antes se había beneficiado gratuitamente de la estructura que los bancos habían construido para el pago en comercios, la de los plásticos de las tarjetas de crédito y débito emitidos, por los cuales los bancos pagan diversos costos (de plástico, grabación, fees de marcas internacionales, procesamiento por cada transacción, soporte al cliente, gestión de reclamos, etc) y que permitían al cliente pagar fácilmente desde la billetera o el marketplace de Mercado Libre.

El enfrentamiento entre los bancos y las empresas de Galperín tiene otro capítulo. Hace un mes, MODO denunció a Mercado Pago y Mercado Libre ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia por “abuso anticompetitivo de su posición dominante en perjuicio de múltiples actores del mercado, incluidos competidores, comercios y consumidores”. 

Mercado Libre concentra el 80 por ciento del comercio minorista en Argentina y según la denuncia, al ser el actor dominante, “impone a sus usuarios la venta atada de sus servicios”. Es decir, tanto compradores y vendedores están “obligados a utilizar única y exclusivamente los servicios de Mercado Pago, tanto la billetera como la cuenta, para pagar o cobrar”. Los bancos exigen, entre otras cosas, que las billeteras digitales puedan ingresar a Mercado Libre como iniciadoras de pago.

La mano visible del Estado

La cancha estuvo muy inclinada en favor de Galperín durante la presidencia de Mauricio Macri, quien tenía fascinación por el empresario; lo consideraba el principal representante de una idea predicada por el líder del PRO y los suyos: la meritocracia. 

La AFIP le permitió a Mercado Pago no retener a los comerciantes y proveedores las deducciones por pagos a cuentas de futuros impuestos: IVA, Ganancias e Ingresos Brutos. Si en cambio un cliente pagaba con una tarjeta de débito, de crédito, al vendedor sí le retenían estos impuestos. Esta decisión estimulaba a los comerciantes a usar Mercado Pago antes que cualquier otro medio de cobro.

Macri también compartía un enemigo común con Galperín: los Moyano. Días antes de finalizar su mandato, el entonces ministro de Trabajo, Dante Sica, validó un convenio entre la empresa y el gremio de Carga y Descarga. Con esta decisión, los empleados de Mercado Libre que mueven la mercadería en la enorme central de La Matanza no podían afiliarse a Camioneros. Debían hacerlo al gremio de Carga y Descarga.

El convenio estaba armado a imagen y semejanza del mundo de trabajadores flexibilizados con el que sueña Galperin. El convenio establece jornadas de trabajo de lunes a lunes y el descanso semanal puede establecerse cualquier día de la semana a criterio de la empresa. Los turnos de trabajo pueden cambiarse con mínima antelación y las vacaciones pueden ser otorgadas en cualquier momento del año y también pueden ser fraccionadas si la empresa así lo desea. 

A pesar del discurso fanático de Galperín contra el Estado, sus empresas disfrutan de todos los beneficios que legalmente el Estado puede ofrecerles. El periodista Mariano Martín dio detalles en un posteo en X con la presentación de Mercado Libre ante la SEC (Comisión de Valores de Estados Unidos). Veamos. Durante 18 meses, en 2022 y 2023, tuvo rebajas de impuestos por 142 millones de dólares a través del Régimen de Promoción de la Economía del Conocimiento. En ese lapso, las ganancias totales de Mercado Libre fueron de 1.139 millones de dólares.

Si bien estos regímenes son importantes para desarrollar sectores dinámicos y generar empleo genuino, cabe hacerse una pregunta: en el contexto del ajuste “más grande de la historia de la humanidad”, ¿es correcto que una empresa así tenga estos privilegios?

Marcos no se hace estas preguntas. 

Desde su autoexilio en Uruguay nos dice virulentamente a través de sus redes cómo debe ser el país del que decidió irse a los pocos días de haber asumido Alberto Fernández. Vive con su familia en una mansión de Carrasco y paga menos impuestos en Argentina.

En diciembre de 2023, desde las playas uruguayas, Galperín celebró en X el mega DNU de Javier Milei. Constitucionalistas de todo tipo coincidían en que esta decisión era un avance del Poder Ejecutivo sobre el Legislativo. En ese contexto, le respondí a Galperín en X con una chicana: “Te gusta menos la división de poderes que pagar impuestos”.  Acto seguido, el empresario me respondió acusándome de kirchnerista. Volví al eje central de la discusión y le respondí: “Entre impuesto e impuesto que no pagás, hacete un ratito para leer esto de gente que sabe” y le adjunté un artículo de La Nación titulado “Duras críticas de constitucionalistas al megadecrecto de Javier Milei: sostienen que avanzó sobre facultades exclusivas del Congreso”. 

Después de este posteo, Galperín me bloqueó. 

Su actitud dejó en evidencia algo que en él es una constante: le gusta agredir gratuitamente a los demás, pero si lo chicanean a él, se lleva la pelota. “La plata va y viene pero el resentimiento dura toda la vida”, Galperín dixit. Lo rústico queda. Aunque vengan miles de millones.