Verde sobre verde sobre verde. Los pañuelos, el glitter, la cúpula del Congreso. Si una imagen tuviera que resumir el 2018 sería esta: las pibas, empapadas, contra viento y tormenta, agitando la marea. Capturada por Natacha Pisarenko, una de las autoras de la muestra, la foto es tapa del anuario de ARGRA. No hubo discusión. La templanza de los millones de mujeres y disidencias que sostuvieron las banderas en pie durante las vigilias por la Ley de Interrupción Voluntaria del embarazo fueron emblema del año.
La lucha que se dio en las calles tiñendo todo del verde de la Campaña y que no pudo borrar la balerina del cura frotando sobre la consigna pintada: Aborto Legal. La lucha que el feminismo dio en las casas, las imágenes de las mujeres quemadas por parejas y ex parejas, la cara de la violencia que empezamos a ver y a confrontar. Los besos políticos y desobedientes de la marcha del orgullo.
La 30° Muestra Anual de Fotoperiodismo Argentino que inauguró el 11 de julio la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA) en la Casa Nacional del Bicentenario muestra eso. Que en las calles, en los hospitales, en las redes, en las marchas, en ese golpe, en el Congreso, en carteles, bajo tierra, hay precarización, hay violencia. Pero también hay resistencia y lucha. Las fotos forman un atlas de sentidos, una nube temática que contiene series de series.
Un Trump bebé gigante inflable, un Trump de verdad esquivando el bulto de la mano de Macri en el G-20, las calles llenas de tanques, llenas de mujeres con pañuelos verdes, empapadas de tormenta y gritando; el Mundial en las casas, en la cárcel, en la camiseta y en la frente hinchada de lxs hinchas, el Mundial del aborto legal, seguro y gratuito, el túnel sin luz al final, el Río turbio. Las personas en situación de calle que este año murieron por la desidia de un gobierno cruel y un frío esperable para cualquier invierno. El infierno de la violencia policial reduciendo a un menor en manada, la detención de Jonas Huala y sus estertores, la desolación de esperar desde la costa al ARA San Juan que nunca llegará.
No hace falta ni alcanza ponerle palabras a esas imágenes furiosas que definen un año de ajuste y movilización social. La imagen sobrevive y nos obliga a reflexionar sobre el mundo que llevamos a cuestas. Una memoria anual de lo que conseguimos soportar. Pero también los movimientos que abrió y multiplicó esa coyuntura y que las fotos retratan. Los cuerpos disidentes de los Osos disfrutando, las mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries bailando la furia cuando marchamos, las nuevas identidades de cara franca al lente de la cámara.
Aquí no hay nada quieto. Las imágenes que muestran les fotógrafes de ARGRA, sus modos de ver, son puro pathos en acción. Hay mojones de historia que se condensan en la foto de las pioneras de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito sosteniendo una bandera ancha que atraviesa la avenida y una mueca de luz y de fuerza. Las tomas en colegios y facultades en reclamo contra la reforma y por la ESI. Los ojos empapados de Thelma Fardin el día que denunció a su violador junto al colectivo de actrices. Las veces que aparecen mujeres dando la teta en lugares.
La colección de imágenes tomadas en 2018 organiza el relato de esta muestra y de nuestro presente. Los artistas callejeros de Pablo Piovano, las pibas de la marea verde de Natacha Pisarenko, el blooper de Macri que atrapó Federico López, el cura limpiando una pared que grafitearon las pibas, de Gonzalo Martínez. Son sólo algunos nombres de lxs autores de las 180 fotos que incluye la muestra -seleccionadas entre más de tres mil que enviaron 270 reporteros gráficos de todo el país- y que arma la trama de la práctica colectiva.
Como emblema, la foto de lxs fotógrafos con los ojos vendados (de Martín Acosta) protestando con un camarazo en la puerta de Télam ante los 300 despidos, hace el efecto de mise en abyme: reporterxs gráficos retratados, la crisis en el contexto de crisis.
Así como se pueden hacer cosas con palabras también se hacen cosas con imágenes. Se puede pensar con imágenes y crear un relato histórico de la época. Historia, tiempo y memoria hacen de este un relato visual eminentemente político. Vemos lo que vieron, vemos lo que vimos y lo que no quisimos ver. Un cartel del Papa detrás de un hombre que duerme en la calle, un cartel del dólar disparado, los disparos que dejó el año anterior la doctrina Chocobar, el Carbonazo de los mineros y el astillero Río Santiago.
¿Cuáles serán las imágenes emblemáticas el año que viene? ¿El sachet de leche a 50 pesos o el churro individual empaquetado? ¿El estadio de River devenido albergue para personas en situación de intemperie? ¿La represión policial mientras se reparte una olla popular? ¿Las flotas de Rappi en las calles? Lo estamos viendo, lo estamos viviendo. Y lxs reporterxs ya están y estarán ahí, registrando, fuera del mero registro documental, sin vendas en los ojos, haciendo historia.