Por Soledad Vela*
En Buenos Aires llueve hace dos días pero en la sala de la Fundación Pasaje 865 todas las sillas están ocupadas para un nuevo encuentro de Lectura Mundi, esta vez, economía y ficción. Las luces están apagadas. El escenario, al fondo de la sala, iluminado. Las bocinas de los autos que pasan por Humberto Primo cada tanto recuerdan el apuro del mundo exterior. Una tela blanca cubre la mitad del escenario, un hombre se sienta atrás para que el público no pueda verle la cara, sólo su sombra: “Uno cuando escribe y lee ficción, siempre se desdobla. Soy Jorge Volpi, en alguna medida J. Volpi, y espero que quienes hayan leído el libro también se transformen en este personaje”.
Volpi tiene un traje negro, está sonriente, tranquilo. “No tengo ninguna formación financiera ni tampoco económica. Parte del engaño es justamente ese: estudié el tema solo para escribir este libro”, dice e intenta provocar.
“Si los novelistas nos parecemos a los especuladores financieros es por la capacidad de decir mentiras y tratar de hacerlo de la mejor manera posible”, sacudió Volpi. Su nombre en Memorial del engaño, su último libro, no está: el personaje principal es J. Volpi, fundador y director general de JV Capital Management hasta que el capitalismo desató la crisis financiera de 2008. Fue acusado por estafa y desde entonces está prófugo.
Quería escribir sobre la relación entre padres e hijos y mientras trabajaba esa idea escuchó que el Lehman Brothers había quebrado. En el 2008 era uno de los cuatro bancos de inversión más grande del mundo. “Para ese momento -recuerda- me había tocado padecer cinco crisis económicas. La del 82 y el 94, sumamente severas incluso en términos personales”.
Entonces, decidió que uno de los responsables de la crisis fuera el que cuente la historia: “En otro juego de engaños el narrador lo que hace es contar todo lo que ha engañado pero al lector le dice ‘a todos les miento menos a ti’ para que el lector le crea”. Una cadena de engaños que nunca se rompe.
* Soledad Vela es alumna de periodismo de Eter. Es lectora de Anfibia y participó del ciclo Narrativas de lo Real de Lectura Mundi.
Foto: Fundación Pasaje Ochoseiscinco