¿Matar al mensajero? Tenemos unos datos incómodos. En el marco del proyecto “Ciencias sociales en tiempo real” (desarrollado por la Escuela IDAES-UNSAM en articulación con el Programa PASCAL de Lectura Mundi) realizamos una encuesta sobre Inseguridad, confianza policial y victimización con vecinos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Los resultados no nos sorprenden pero nos incomodan. ¿Qué hacemos con estos datos? En esta nota los exponemos, analizamos, los desmenuzamos y reflexionamos sobre la sociedad que tenemos; que no siempre es la que queremos.
La encuesta aborda cómo la población percibe y evalúa el problema público de la seguridad y las respuestas que desde las instituciones del Estado se dan o se deberían dar. Los resultados ofrecen un panorama inquietante.
Empecemos por lo más preocupante: el 75,3% de los encuestados afirma que están a favor de la pena de muerte. Este dato nos obliga a pensar en las representaciones sociales de la vida y la muerte, a dar cuenta de cómo socialmente se producen nociones de sujetos sociales como “matables”. Volviendo a la incomodidad, no podemos olvidar que estos datos los tienen los políticos manoduristas que orientan sus discursos al calor de la opinión pública. No podemos ocultar el elefante que duerme en nuestra habitación.
¿Qué perfil tienen lxs que apoyan la pena de muerte? Lxs encuestadxs que se muestran a favor de esta medida presentan los niveles educativos más bajos (hasta primaria completa en un 77% y secundario incompleto o completo en un 78%). Por su parte, aquellos que tienen hasta el nivel universitario o terciario completos, la aceptación a la pena de muerte desciende a un 60,6%.
Otro dato preocupante muestra que los más jóvenes (entre 16 y 29 años) están a favor en un 81,6% mientras que lxs encuestadxs de entre 30 y 49 años adhieren en un 75,2%, y las personas de 50 años y más lo están en un 69,4%. A medida que desciende la edad asciende el apoyo a la pena de muerte.
Seguridad y violencias
En Argentina, la inseguridad se ha consolidado como problema público central y como sección fija y estable en la agenda política, pública y mediática. En esta encuesta realizada sobre mil casos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), el 92,4% de las personas sostiene que la inseguridad constituye un problema “grave” o “muy grave”.
Estos datos están en consonancia con los de las encuestas de los últimos años que muestran que la inseguridad se mantiene entre las preocupaciones más importantes de lxs argentinos.
Pero, ¿qué es la inseguridad? Una categoría asociada al delito que expresa una demanda hacia el Estado de garantizar un umbral de riesgos aceptable: una definición clásica, de un término controversial que irrumpe a fines de los años 90 y se consolida luego de la crisis del 2001. En tanto concepto polisémico, la percepción de su gravedad varía según los contextos, pero también según la edad, el género y el lugar de residencia.
Un dato interesante en este sentido muestra que las percepciones sobre gravedad de la inseguridad de lxs jóvenes son levemente más bajas que la de los grupos de adultxs y adultxs mayores (87,2%, 93,8%, y 95,7%). El género también es una variable significativa en cuanto a la sensación de seguridad al caminar solo/a por la calle: solo un 20,6% de las mujeres se sienten seguras en esa situación contra 30,2% de los varones. Por último, cuando se pregunta por la evolución del problema de la inseguridad en el último año, el 73,3% de lxs habitantes del Gran Buenos Aires aseguró que el delito y la inseguridad han aumentado en relación al año anterior. En CABA mientras tanto, esta percepción es predominante, pero en un porcentaje relativamente menor al registrado entre los habitantes del GBA: 66,8%. La preocupación por el tema es constante, está presente en la sociedad y en los medios, y tiende a generar un paulatino corrimiento hacia posturas más punitivas.
La polisemia del término también da cuenta que, para ciertos sectores sociales, estar inseguros se asocia con la violencia institucional. En relación con este tema, en la encuesta preguntamos si ellxs o alguien de su hogar fueron víctimas de algún episodio de violencia o malos tratos por parte de las fuerzas policiales y el 15% respondió afirmativamente. El perfil de las víctimas más frecuentes coincide con lo que han venido marcando los estudios en la temática: lxs jóvenes, varones, de menor nivel educativo poseen una victimización relativa más frecuente.
Y si bien la violencia y los malos tratos policiales ocurren con más frecuencia entre lxs habitantes del Gran Buenos Aires respecto a lxs de la Ciudad de Buenos Aires, la diferencia es leve, lo que marca que la violencia institucional es un problema compartido por las policías en general, más allá de la jurisdicción.
Una de las soluciones más comunes para paliar el problema de la inseguridad suele ser el pedido por mayor presencia policial en las calles. Sin embargo, el 58% de personas encuestadas aseguró tener un nivel de confianza bajo o muy bajo en la policía, un 53% cuestiona su profesionalidad, y un 49,1% su honestidad. En este punto, los habitantes del Gran Buenos Aires tienen una visión más negativa que los de la Ciudad de Buenos Aires: “un 49,7% de los primeros evaluó a su policía jurisdiccional como “mal” o “muy mal”, mientras que en CABA esa proporción se invierte: 59,1% evalúa el desempeño policial como “bien” o “muy bien”.
Esta percepción negativa del desempeño policial tiende a ser más negativa entre los jóvenes de 16 a 29 años y las personas con menor nivel educativo completo. No casualmente estos mismos sectores declaran haber sufrido de manera relativamente más frecuente delitos callejeros en el último año y son los que más apoyan la pena de muerte como antes señalamos. Es posible que la frustración de expectativas de prevención y resolución de los conflictos, las violencias y las inseguridades a través de las instituciones de seguridad, pueda estar potenciando estas percepciones.
La sociedad que tenemos nos muestra esta instantánea, donde vemos desconfianza, incertidumbre, desazón pero también tendencias punitivas que no resisten los análisis lineales ni respuestas fáciles.
Ciencias sociales en tiempo real ofrece una serie de instantáneas de la sociedad argentina contemporánea: encuestas breves sobre temas específicos que disparan ejercicios reflexivos sobre nuestra cotidianidad. Se trata de una iniciativa desarrollada por la Escuela IDAES | UNSAM en articulación con Programa PASCAL de Lectura Mundi que, en sus seis primeras entregas, indagará en cuestiones como los consumos culturales y vínculos interpersonales en la pospandemia, la transformación de la cultura financiera entre los jóvenes y las representaciones en torno a las relaciones entre lo público, lo privado, la economía y el Estado.