Media sanción para el aborto


La rosca que garantiza nuestros derechos

Reuniones virtuales, llamados, chats: en la última semana, los esfuerzos para lograr la media sanción del proyecto IVE fueron más allá del palacio. Qué pusieron los principales actores en ese entramado silencioso y certero que alineó los intereses del Ejecutivo y el Legislativo para que el aborto se acerque a ser ley. Florencia Alcaraz revela el engranaje para conseguir los 131 votos a favor.

Fotos interior Cámara de Diputados: Télam

El festejo comenzó el miércoles: en el despacho de la diputada Silvia Lospennato comieron empanadas que llevó el diputado tucumano Pablo Yedlin. Celebraron el dictamen de mayoría al proyecto de interrupción voluntaria del embarazo que anticipó el triunfo esperado. El jueves salieron a la cancha con la tranquilidad de un campeonato ganado. Hubo pequeños sobresaltos pero fueron sorteados sin festejar la victoria hasta no ver el tablero final: los partidos se juegan hasta el minuto 90 y en este caso es un ida y vuelta. Los 131 votos a favor ya estaban gestionados durante llamados, articulaciones y rosca que se cruzaron desde que el presidente Alberto Fernández envió su propuesta el 17 de noviembre. Fue voto a voto, codo a codo.

Esta vez los esfuerzos fueron más allá de los límites del palacio y cada actor puso lo suyo en un tejido silencioso y certero: Casa Rosada, Ministerio de Salud, Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, el propio Sergio Massa y Malena Galmarini junto con la intendenta Mayra Mendoza y el ministro del Interior Wado de Pedro. Un armado robusto que también se ocupó de acordar con diputades y senadores un dictamen que no rebotara en la Cámara Alta a través de un selecto grupo de WhatsApp y reuniones virtuales durante el fin de semana largo para llegar a toda velocidad a la media sanción.

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aborto rosca triunfo

Hace dos años el Senado abrió un hiato cuando votó por el aborto clandestino. Si el aborto salió del closet con la primera discusión, con la despenalización social, ahora se consolida como derecho vinculado a la salud pública y a la justicia social. La política llegó con firmeza, una narrativa enfocada en cuidar la salud y la vida de mujeres y personas gestantes y una nueva sinergia para reparar lo que no se logró en 2018. La mística y el fulgor de hace dos años quedaron intactos en la memoria y el pueblo feminista. Aunque en los salones y pasillos del Congreso, durante el debate por el aborto legal versión 2020, la pandemia y la estrategia política para que sea ley opacaron un poco el brillo e impusieron distancias, moderación, más barreras para la rosca y una prolijidad estricta, el verde fue hegemonía en las bancas y en la sofisticada green carpet del Salón de Pasos Perdidos. Los trajecitos, vestidos, pañuelos y corbatas verde aborto legal de asesores, diputades y periodistas molestaron a la conductora televisiva antiaborto, Viviana Canosa, que llegó alrededor de las 21.30 al salón.

“Se siente mucho la presencia verde. Todos vestidos de verde, todos vestidos de verde. Los verdes están en todos lados”. Y sí, tenía razón. Ante el clima de tranquilidad y optimismo moderado, la conductora de “Nada personal” desplegó su performance en una transmisión que empezó provocativa, fuera del tono equilibrado que se venía manejando como parte de los acuerdos: la esperaban dos sillones señoriales y un mozo que le trajo café en bandeja. Rápidamente montó una especie de set televisivo por el que desfilaron algunos diputados y diputadas en contra del derecho al aborto. Su intento de meter la cuchara terminó en paso de comedia: duró menos de una hora y se fue denunciando una supuesta censura porque se cortó la transmisión.

Canosa no encontró la atención que buscaba porque todo avanzó según el guión planificado por el Poder Ejecutivo y la articulación de diputadxs que empujaron esta iniciativa en la que confluyen la fuerza de los feminismos y el cumplimiento de la promesa de campaña del presidente Alberto Fernández.

Durante la madrugada, Pasos Perdidos deshabitado contrastaba con las calles ardiendo y las 20.000 personas mirando el debate en el canal de Youtube de Diputados Tv. Adentro del Congreso casi nadie seguía el debate minuto a minuto. Es que se trataba de un deja vú de 2018, un repaso de los sentidos y argumentos ya instalados, sin demasiada estridencia ni datos nuevos o sorpresas.

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El mecanismo de descompresión política fue en base a llamados a los gobernadores y un tratamiento especial para diputades. Con estas gestiones, se consiguió -por ejemplo- el voto del diputado sanjuanino Francisco Guevara, joven de formación religiosa, el único legislador de esa provincia que apoyó el proyecto. El ministro del Interior, Eduardo Wado de Pedro, habló con el gobernador de San Juan, Sergio Uñac.

Aunque no hubo grandes sobresaltos, a diferencia de 2018 donde había corridas, reuniones de último momento y tuits de incidencia minuto a minuto, la exposición del diputado del PRO Fernando Iglesias sembró algunos temores de arrastre: su planteo de poner plazos al aborto que ya es legal podía dar ideas a quienes ya habían dicho que votaban el proyecto del gobierno.

Otra exposición que provocó dudas porque también estuvo haciendo lobby en contra en la previa fue la de Eduardo Valdés que, a pesar de plantarse en la negativa, tuvo una posición ambigua hablando solo de despenalización. Además, abrió el micrófono para festejar la exposición del PRO Victoria Morales Gorleri y Sergio Massa le llamó la atención. Dentro del oficialismo generó malestar su actitud y circuló el rumor que el propio presidente lo llamó por teléfono.

También hubo sorpresas fuera de cálculo: la diputada Roxana Reyes, que tuvo una tragedia familiar hace pocos días y no iba a participar de la sesión, fue incorporada para votar a último momento. La santacruceña de la Unión Cívica Radical (UCR) votó en contra a pesar de que en 2018 su voto había sido afirmativo.

Se dio el mismo movimiento al revés: la diputada misionera Flavia Morales, que en 2018 había votado en contra, cambió su posición. "Es un tema complejo pero he entendido que es el Estado el que tiene que regular. Hoy decido acompañar la legalización del aborto", dijo.

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La hostilidad planteada en las semanas anteriores por los grupos antiderechos se tradujo en aprietes directos que hicieron pasar de positivo a abstención el voto del diputado jujeño Julio Ferreyra. "Estoy recibiendo todo tipo de amenazas. Esas amenazas llegaron a casa de mi hija en la mañana de hoy".

La fiesta estaba afuera pero tampoco era prenda de negociación como hace dos años. Si 2018 fue resistir el frío en las calles, 2020 fue un ritual a tono con el fin de año de la peste: la celebración que se necesitaba.. “Ya se acerca noche buena, ya se acerca Navidad, para todas las mujeres, que el aborto sea legal”, cantaba la multitud en los alrededores del Congreso.

El gesto de grandeza que se esperó a lo largo de la jornada de 20 horas fue entre los y las diputadas a favor del aborto legal: que alguien se bajara de la lista de oradores para votar más temprano y salir a dar una buena noticia a las miles que ardían de calor en las calles y a la marea que seguía desde casa. Primero iba a terminar a la 1, después a las tres, cuatro, cinco. La votación final fue a las 7.25: nadie quiso perderse el corte en vídeo para postear en Instagram o compartir en Twitter. O quedarse sin el registro en la taquigráfica de esta sesión histórica. La lista de oradores se extendió tres veces desde el comienzo de la sesión y el número 164 se mantuvo firme. Solo los principales jefes de bloque se autoexcluyeron para bajar, de alguna manera, las horas que se venían por delante. En pos de la celeridad cedieron ese lugar de exposición Máximo Kirchner y sus pares Cristian Ritondo y Mario Negri.

—¿Todo bien por acá?

A las dos de la madrugada Sergio Massa pasó por cuarta vez por el Salón de Pasos Perdidos. El periodismo sandwichero reclamó comida y el anfitrión respondió con algunas bandejas de fosforitos. En una de esas visitas también aprovechó para pedir que se respetara la distancia social y el uso del barbijo. Siempre con el buen humor y el bastoneo que viene llevando desde que preside las sesiones. Ya más entrada la madrugada, por un tuit en chiste de esta cronista, dos asesores tuvieron que salir a conseguir helados para todxs.

La presencia constante de representantes del Poder Ejecutivo de primera línea en la Cámara Baja dio aire al debate. Desfilaron desde la mañana: la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra; el ministro de Salud, Ginés González García; la secretaria de acceso a la Salud, Carla Vizzotti; la Directora Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, Valeria Isla; la ministra de las Mujeres, Género y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta; la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, la ministra bonaerense Estela Díaz, las asesoras presidenciales Cecilia Nicolini y Dora Barrancos, la Directora Nacional de Economía, Igualdad y Género, Mercedes D’Alessandro y la titular de la ANSES y ex diputada Fernanda Raverta. También estuvo Mayra Mendoza, intendenta de Quilmes, y militante de la Cámpora: los ojos de Cristina Fernández de Kirchner de cara al Senado.

En el palco también estuvieron las activistas históricas de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito: Nina Brugo, Marta Alanis y Dolores Fenoy. Afuera sus compañeras sostenían la calle, como lo hacen siempre, y en el chat de Cabildeo el voto a voto.

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Mujeres Gobernando y Mujeres Legislando son otros dos chats de WhatsApps en los que se movió la articulación feminista del Ejecutivo y el Legislativo, respectivamente: esas mujeres fueron las que protagonizaron la noche. Si hace dos años la transversalidad feminista fue la marca de identidad, esta discusión fue la muestra de cómo parte de la oposición pudo acompañar un proyecto del Ejecutivo y superar la llamada "grieta" en la búsqueda de un equilibrio que pusiera límites y contuviera los ataques de los grupos antiderechos en la previa del debate. Además, se le imprimió un enfoque sanitario a la conversación y discusión.

En 2018 el gobierno de Mauricio Macri, que se jactó de “habilitar” el debate, no le respondía los teléfonos a los diputados oficialistas y tampoco traccionó para conseguir la media sanción. Esta vez el ex presidente sí levantó el teléfono para presionar a algunxs diputadxs de Juntos por el Cambio para que votaran en contra.

El rock a la jornada lo pusieron el grupo de diputadas y diputadas que en 2018 formó la coalición de soror@s por el aborto legal. Alrededor de las 11 de la noche se sacaron una foto Victoria Donda, titular del INADI; Mónica Macha del Frente de Todxs; Mayra Mendoza (FpV-PJ), Cecilia Moreau (Frente Renovador), Leonardo Grosso, Araceli Ferreyra y Lucila de Ponti (Movimiento Evita), la jujeña Carolina Moisés (Bloque Justicialista) y Daniel Lipovetsky (Cambiemos). Costó completar la foto con todxs. “Es más fácil sacar media sanción que juntarlos a todos y todas ustedes”, bromeaban algunas asesoras.

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Malena Galmarini, la presidenta de Aysa, se erigió como la gran armadora. Vestida con un traje verde y zapatillas blancas no paró un segundo y estuvo en todo. Afuera garantizó camiones de Aysa. Desde el palco miró la discusión junto con su hija Milagros. Su madre, Marcela Durrieu, ex diputada y responsable de la ley de cupo femenino, también estuvo presente desde el palco. Tres generaciones de mujeres políticas juntas.

Vilma Ibarra fue la guardiana de las gestiones. Casi ni se movió del palco. Con las dos mujeres clave en la redacción de la letra chica del texto Jessica Kopyto y Florencia Feldman a su lado, vio el tramo final de la sesión. Habló ni bien terminó: “Estamos muy conformes, muy contentos. Fue un debate muy respetuoso”, dijo frente a las cámaras. La Ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad Elizabeth Gómez Alcorta también celebró el tono respetuoso. Estuvo todo el tiempo entre el recinto y salió a las calles a ver el debate por las pantallas que puso la Cámara Baja junto a la militancia. Una asesora muy cercana le prestó zapatillas para bajarse de las sandalias de taco alto que llevaba puestas.

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Lxs cuatro presidentes de las comisiones que tuvieron las plenarias se repartieron el protagonismo. Cecilia Moreau cumplió el rol de la cabecera como titular de Legislación General; Carolina Gaillard, de Legislación Penal, fue una vocera; Mónica Macha, responsable de Mujeres y Diversidad sostuvo la mística transfeminista:en su banca desplegó una serie de piedras energéticas que la acompañan, entre ellas una ágata cornalina. Pablo Yedlin, titular de la comisión de Salud, lideró reuniones con Sergio Masa y el Ejecutivo en el Salón de Honor.

La sesión para debatir el expediente 11-P.E.-2020 había comenzado a las 11.12 con 105 diputadxs presentes en la Cámara y 45 de forma remota. Terminó 22 horas después y tras los festejos que incluyeron aplausos, saltos y algunos abrazos por fuera de protocolo, 196 diputadxs votaron a favor de la Ley de mil días. La segunda vuelta se jugará en las próximas semanas en el Senado, que tiene la posibilidad de cambiar la historia.

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