Foto: Gobernador Tom Wolf
La matanza en Orlando fue un crimen atroz, castigable bajo el derecho penal nacional de los Estados Unidos. Puede ser que también constituya un crimen bajo la ley internacional. Por ejemplo, si el ataque estuviera de hecho ligado a un conflicto armado, como el existente entre Estados Unidos y el Estado Islámico, podría constituir un crimen de guerra por asesinato de civiles. Si así fuera, podría constituir en sí mismo, un ataque amplio o sistemático contra la población civil; un delito contra la humanidad.
Los delitos contra la humanidad son una categoría particular entre los delitos internacionales; se refieren a aquellos que se cometen como parte de un ataque contra la población civil.
Como queda reflejado en el tratado que establece la Corte Penal Internacional (CPI), en donde existen varios subtipos de delitos contra la humanidad, uno de ellos – persecución – incorpora la noción de delitos de odio. El delito de persecución es considerado en la comisión de actos inhumanos sobre la base de la discriminación, incluyendo aquellos realizados con motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos, o de género.
Sin embargo, es poco probable que el asesinato en Orlando, constituya un delito de persecución como un crimen en contra de la humanidad bajo el tratado de la CPI. Cuando el tratado fue negociado en 1998, la siguiente frase fue insertada para clarificar este argumento: “El término ‘género’ se refiere a dos sexos, masculino y femenino, en el contexto de la sociedad. El término ‘género’ no indica cualquier otro significado diferente al anterior.”
La protección legal para homosexuales y otras minorías sexuales y de género provista por la ley internacional general es escasa. En cierto nivel, esto no es sorprendente. La ley internacional fue generada por los estados, y las actitudes de los estados difieren dramáticamente en cuanto a la orientación sexual – no solo en términos sobre si la protección es garantizada, sino incluso sobre la validez del concepto de orientación sexual. Como tal, bajo la ley nacional el grado de las protecciones de los individuos contra este tipo de discriminación varía tremendamente de un lado a otro del planeta. En efecto, en una parte substancial del mundo, los actos homosexuales y en ciertos casos de mera orientación, son actos criminalmente castigables.
Hace solo unos años, en el otoño del 2010, una discusión estalló en la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre si sentenciar expresamente la ejecución sumaria (esencialmente, asesinato) sobre las bases de la orientación sexual en el borrador de la resolución. La cláusula relevante urgía a los estados a “investigar prontamente y a fondo todos los asesinatos, incluyendo aquellos que fueran dirigidos a grupos de personas específicos.” El borrador del texto prosigue identificando una serie de grupos vulnerables y otros grupos identificados bajo la base de la discriminación, incluyendo entre otros factores raza, etnia, religión, y orientación sexual. Por una mayoría clara, los Estados Miembros votaron borrar la referencia a la “orientación sexual.” Después de un tremendo empujón por el grupo de los derechos humanos, el lenguaje fue eventualmente reinsertado. Sin embargo, el hecho de que 79 países habían votado eliminar la referencia a la orientación sexual refleja la discordancia dentro de la comunidad internacional sobre el asunto. Esta resolución no era sobre el derecho a matrimonio o de adopción. Era sobre el derecho a no ser asesinado.
Mientras que no hay necesariamente un vínculo directo entre las actitudes de los gobiernos y las actitudes de las personas dentro de sus respectivos estados, estas actitudes se refuerzan mutuamente. Mientras que yo estoy conmocionado y desalentado por el ataque, muchos alrededor del mundo pueden encontrar que el club Pulse es un objetivo menos desafortunado.
El padre del asesino sugirió que su hijo pudo haber estado motivado por la ira sentida después de ver a dos hombres besándose en Miami. Nunca sabremos si este episodio fue el catalizador. En cualquier evento, el tipo de rabia que impulsa esta conducta horrorosa se origina en un lugar profundo. Quizás un conflicto furioso dentro de este joven – un conflicto alimentado por fuerzas tanto internas como externas. Hay un límite en el alcance con el cual uno puede moderar estas fuerzas. Pero todos tenemos la responsabilidad de moderar las fuerzas externas.