Fotos 1 y 6: Gentileza Qué Digital.
—Salí, puto.
A los gritos.
—Te vamos a matar.
La madrugada del domingo 14 de febrero, a las seis de la mañana, tres neonazis aparecieron con caños rellenos de cemento y un arma, en el bar Nevermind de Mar del Plata.
En la planta baja pasan clásicos ochentosos y un primer piso con onda punk y heavy metal. Los baños están arriba y los dos estilos tienen que convivir, sin que por ello se armen peleas. Suele llenarse y esa noche, después del cierre, unas cincuenta personas seguían en la puerta. Fueron testigos de todo. Escucharon las amenazas. Vieron como la puerta del bar era escrachada con esvásticas mientras intentaban romper los vidrios.
Gritaban en aquelarre mientras rompían el local de Javier “Duke” Moreno Iglesias, DJ y activista por la diversidad sexual.
—Homosexual de mierda, te vamos a matar.
Seguían.
—Judío puto.
Muchas de las cincuenta personas que estaban en la puerta los conocían. Eran los mismos que desde hace cinco años atacaban a travestis, gays, lesbianas, feministas, ateos, funcionarios de derechos humanos y a cualquiera que se manifestara contra el fascismo: con el último golpe acumulan once denuncias penales y 35 episodios violentos.
“La policía no les quitó los caños de PVC cementados ni el arma con la que uno apuntaba a las personas para que se fueran”, cuenta Moreno Iglesias. El “Duke” suele usar boina y una remera con la cara de Carlos Jáuregui, un ícono del activismo gay en Argentina. Dice tener 38 años y mientras pasa música le pone onda: muchos van al bar para escuchar sus sets en la planta baja donde suena Blondie pegada a The Cure y Virus.
Afuera varios escucharon que los tres repetían: “Si no lo matamos hoy, lo vamos a matar otro día”.
En la esquina había dos autos con hombres adentro, que serían los refuerzos en caso que las cosas se les complicaran a los matones.
A pesar de que había policías, nadie los detuvo. Salvo a uno de ellos, más tarde, a la vuelta del bar: golpeó a un agente y lo tomaron como resistencia a la autoridad.
“Faltan pruebas para hablar ante la justicia de una complicidad policial, pero llama la atención que habiendo una persona con un arma de fuego apuntando a los demás, no se la quitaran”, dice Moreno Iglesias.
Diez de esas personas lo acompañaron a la comisaría Primera, a seis cuadras del bar.
—Uno de la banda estaba ahí haciendo una falsa denuncia, decía que el personal de seguridad del bar lo había golpeado. Adelante de los policías, gritaron que iban a incendiar el local, me iban a abrir la panza y, luego, me matarían.
Desde las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, y con la consagración del Pro en la intendencia marplatense, los neonazis están envalentonados y sus ataques intensificaron la brutalidad. Según las declaraciones públicas que hizo el intendente electo de la fórmula Cambiemos, Carlos Fernando Arroyo, “es un hecho policial como cualquier otro que tendrá que ser investigado”.
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Hace seis años que Moreno Iglesias fundó junto a un grupo de activistas la Asociación Marplatense de Derechos a la Igualdad (AMADI). Su estrategia es visibilizar: sale en los medios, organiza juntadas, no se queda callado. Arengó, por ejemplo, la marcha “Uno más por ni una menos”, en la que desfiló con pollera junto a un grupo de hombres contra la violencia de géneros. La bronca contra él empezó en septiembre de 2014 y está relacionada al ataque que sufrió Tamara, una travesti que se prostituía en las calles del barrio La Perla.
Ella declaró en la comisaría que dos hombres le decían que se fuera con su cuerpo a otro lado.
Que volvieron a las horas y le advirtieron que la iban a matar.
Que al anochecer aparecieron con palos de beisbol, una botella, la reventaron a golpes y la cortajearon.
A Tamara Le quebraron varios huesos, le arrancaron parte de una oreja y todavía va al Hospital Interzonal para rehabilitarse. A las dos semanas, una conferencia de prensa para denunciar esa golpiza y una muerte: Mario Ordoñez, de 36 años, crossdresseaba en el barrio Las Américas. La policía encontró el cuerpo en un descampado. Tenía triple fractura de cráneo y golpes. Muchos golpes. Según la autopsia, no había rastros de abuso sexual.
A la conferencia de prensa fueron los canales locales. Delante de las cámaras AMADI junto con otras organizaciones de derechos humanos y diversidad mostraron la foto de los que estaban señalados como autores de torturar a Tamara: El Rusito y El Chileno, dos de los neonazis.
Cristal Barraza, vicepresidenta de Grupo Transparencia Mar del Plata (GTM, una organización donde se nuclean personas trans), habló frente a cámaras: “Todas las noches dos o tres compañeras son robadas, golpeadas con puños, palos o botellas”.
La saña con Tamara no era la primera ni la última hacia las travestis. Astrid fue golpeada, le arrancaron la ropa y después de tirarla al piso le fracturaron la mandíbula con una piedra lanzada contra su cara, que la dejó aplastada en una mueca de horror.
Los sometimientos que sufren muchas trans suelen quedar sin registros en la Justicia: por desconfianza a los policías que les cobran o por venganza con los denunciados. “También pasa que si te estás prostituyendo acercarte a la policía a denunciar algo no es lo más lindo del mundo”, dijo una fuente que se dedica a la prostitución en la zona de La Perla. Hay un conteo, no judicializado, de otros 20 casos de maltrato con saña a travestis.
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En octubre de 2015 la palabra neonazi apareció tres veces en los titulares marplatenses: dos militantes de Acción Antifascista fueron internados por los golpes con caños rellenos de cemento y patadas que recibieron en Plaza España. Moreno Iglesias fue amenazado de muerte en la calle y, durante el Encuentro Nacional de Mujeres, dos grupos quedaron señalados por “defender” la catedral tirando abajo la reja que la rodea.
Las agrupaciones neonazis identificadas en Mar del Plata son cuatro, de las que se puede trazar un árbol genealógico de la violencia organizada: Foro Nacional Patriótico (FONAPA), La Giachino, Bandera Negra y Rosas Rojas.
Alan Olea, de Bandera Negra, está casado con la hija de Gustavo Carlos Pampillón (líder de FONAPA y La Giachino), mientras que la hija de Pampillón es menor de edad y encabeza Rosas Rojas, una micro organización que llenó de pintadas repudiando el reclamo por el derecho al aborto en la semana del Encuentro Nacional de Mujeres. “Si te pega no es hombre, si aborta no es una mujer”, “No son bienvenidas”, decían algunas de las marcas en aerosol con firma al pie.
El Rusito (LevchencoOleksander), Gonzalo Paniagua, Nicolás Caputo y su hermano (menor de edad), son también parte de Bandera Negra -fueron los del ataque a Nevermind. A estos se suman El Francés (Laurent Herve) y Los Chilenos, que son hermanos (Giovanni y Giuliano Spagnolo).
Bandera Negra toma su nombre como burla a los estandartes del movimiento anarquista. Desde la Asamblea por una Sociedad sin Fascismo, una estructura a la que adhieren unos 80 funcionarios públicos y organizaciones de derechos humanos, desde hace cinco años hacen registro de los ataques. Dicen que también persuaden y reclutan.
“Las autoridades de dos escuelas secundarias nos avisaron que se presentan y se quedan en la puerta a la espera de que salgan los alumnos. Les dan volantes y charlan para convencerlos. Los de Bandera Negra dicen públicamente que son fascistas, plantean una cuestión antisistema y de rebeldía, tratan de entrarles por ese lado”, explicó Silvina Elías, integrante de la ONG La Alameda y redactora de la Asamblea contra el fascimo. En enero Elías despertó y frente a su casa encontró un mensaje: cinco puntos rojos y una esvástica.
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El Rusito tiene poco más de veinte años y suma antecedentes por robo. En el último Encuentro Nacional de Mujeres se plantó frente a la catedral encapuchado y con un armazón de madera, hasta que la policía se lo llevó demorado unas horas. Después que los largaron de la comisaría volvió y fue de los que zamarrearon la reja de la iglesia hasta tirarla, junto al FONAPA.
No hace falta ser un Sherlock Holmes para conocer todos estos datos ya que suben información pública a Facebook para mostrarse.
Desde la fan page de Bandera Negra piden que les compren rifas:
“Dado que somos una organización que no pretende recibir ayuda alguna por parte del Estado ni sus organismos. Financiamos con nuestros medios todas las actividades y militancia a realizar. Saludo Romano!”.
La agrupación se desliga de participación partidaria: “El viejo dinosaurio Fernando Arroyo, nuevo intendente de la ciudad, apoya las falsas denuncias de unos pobres mediocres con ansias de prensa, condenando agresiones inexistentes. Es lamentable que la mayoría de la sociedad se coma la mierda de los más bajos estratos ‘humanos’ de Mar del Plata. Seguiremos presentando batalla, seguiremos avanzando contracorriente porque... al final lo bueno y lo verdadero triunfará. Bandera Negra por la libertad-Rosas Rojas por la belleza. COMBATIR ES UN DESTINO”.
Los “humanos” a los que refieren son los funcionarios de derechos humanos y organizaciones de diversidad sexual locales, que presentaron al intendente un informe para reclamarle que se haga cargo de la violencia neonazi.
Bandera Negra tiene un grupo de música RAC (movimiento internacional de rock anti comunista) que se llama SixMillon More, en alusión a los judíos asesinados en el holocausto. También son aficionados al deporte de combate y frecuentan “Brother Hood”, algo así como la “La hermandad” del Jiu Jitsu, desde donde organizan torneos donde hay kimonos que dejan traslucir alguna esvástica tatuada (aunque no todos de esta entidad tengan relación con los neonazis, incluso es probable que algunos desconozcan quienes son sus compañeros).
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El ataque al grupo Acción Antifascista pasó en pleno día, cuando estaban concentrando en la Plaza España para ir a una movilización contra Monsanto. Hubo un cruce de palabras con la hija de Pampillón y otra menor miembro de Rosas Rojas.
-¿Qué les pasa? –dijeron los Acción Antifascista, que niegan haber tenido más que un intercambio de palabras en esa plaza pegada al mar.
“Ella contestó que iba a llamar a todos sus compañeros y nosotros no pensamos que iba a ser para tanto. Nos saludó como los fascistas, con una mano hacia arriba, y se fue”, relató un integrante del colectivo a la radio local Revuelta.
Entonces aparecieron los Bandera Negra con sus caños rellenos con cemento y los persiguieron varias cuadras. A uno le fracturaron un dedo, la muñeca y le tuvieron que dar más de diez puntos en la cabeza por el corte que sufrió. Olea, el cabecilla del grupo, hizo correr su versión en Facebook y admitió responsabilidad.
“Mi novia fue increpada junto a dos amigas por alrededor de 20 antifascistas. Luego de recibir insultos y amenazas fue pateada y golpeada en la nuca con un puño americano. Luego de recibir la golpiza por parte de dos ‘hombres’ se acercó donde algunos amigos e integrantes de mi banda nos encontrábamos ensayando. Cuando estas ratas cobardes nos vieron llegar comenzaron a correr en todas las direcciones dejando atrás a muchos de los simios que participaron de la cobarde golpiza a una joven menor de edad. A algunos de ellos se los encontró a unas pocas cuadras y recibieron lo que merecen lacras de este tipo”, dijo Olea en su post.
La demanda conjunta de los agredidos le repitió a la justicia que no se trata de un caso aislado: “Queremos hacer saber que existieron una serie de casos de las mismas características que los narrados en esta oportunidad, en donde las víctimas por su situación de vulnerabilidad y por temor a represalias se han negado a realizar las correspondientes denuncias penales”.
Al mes siguiente, en noviembre, los caños rellenos de cemento aparecieron de vuelta.
Juan Martín Navarro, de 39 años y activista de AMADI, había ido a comprar empanadas a una casa de comidas típicas norteñas que le queda cerca de la casa. Después de pedir reconoció a dos de Bandera Negra y, cuando salió, vio que El Chileno lo seguía.
Pensó que lo iban a molestar por su sexualidad, nada que no le hubieran hecho antes, y apuró el paso. Sintió una piña en la cabeza. Escuchó: “Puto de mierda”. Sintió una patada en las rodillas. “Hay que matarlo”. Llegó a ver a cinco que se le acercaban.
—Desperté a los dos días en el Hospital Interzonal con el tabique destrozado, los oídos rotos. Perdí el 40 por ciento de la visión de un ojo y tenía golpes en todo el cuerpo.
Quedó tirado en la calle. Le sacaron la billetera y el teléfono. No podía hablar. Estuvo dos días internado como NN. Ahora, trata de recuperarse. Casi no tiene olfato.
—Busco la forma de volver al empleo, porque un tiempo fui trabajador sexual pero ya no sigo, y como camarero profesional estoy imposibilitado, ya que me golpearon tanto en la mano que no logro sostener la bandeja.
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Pampillón es el mayor en edad. Publica memes y plaquetas donde resalta sus textuales, sube los tonos de frases con mayúsculas y se nombra en tercera persona como “Pampi”. Redondea siempre con cavilaciones de adelantado, se siente incomprendido en un país en el que hasta diciembre de 2015 se finalizaron 162 juicios por lesa humanidad, hubo 662 condenados y hay 398 causas activas.
Figura como uno de los pocos entre estos grupos que fue penalizado por la justicia: en junio de 2014 se lo procesó sin prisión preventiva y recibió un embargo por 20 mil pesos. Para culparlo el Juzgado Federal N°3 de Mar del Plata unió varios ataques, entre ellos hacer pintadas para reivindicar el terrorismo de Estado en un monumento a las víctimas de la dictadura, frente a la base naval, la madrugada del 8 de septiembre de 2011.
“Memoria completa”, decía una de las pintadas, aludiendo la teoría de los dos demonios que sostiene que los dictadores fueron víctimas en una guerra.
A las pocas horas Pampillón mostraba en Facebook un álbum de fotos titulado “FONAPA y los chicos en salida nacionalista!! A pintar”. Después lo borró.
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En junio de 2011, como respuesta al pedido de varios organismos de derechos humanos, el Consejo Deliberante decidió descolgar el cuadro del ex capitán Pedro Giachino. “Fue el primer caído el 2 de abril de 1982, pero eso no lo exculpa de haber participado en la represión vinculado a grupos de tareas. No son héroes, son represores”, dijo en ese momento Ernesto Alonso, del CECIM (Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas de La Plata).
Pampillón empezó a ganar prensa porque no le daban la banca 25 del Concejo, que es la destinada a los ciudadanos. Pedía que repusieran el cuadro de Giachino o, que quitaran todos los cuadros. Reclamaba que no podía juzgarse a un muerto y que sus funciones habían sido de héroe. Llamó a una convocatoria a la municipalidad, decía el comunicado de FONAPA:
“Se exigirá, como ciudadanos, que se nos otorgue el uso de la banca 25 para hacer oír nuestras voces a la comunidad sin ser editados por los canales locales. Se dispondrá del uso de micrófono abierto para exponer el descontento hacia los políticos de turno, sus atropellos e inoperancias para resolver los problemas”.
Al final Pampillón irrumpió en el Concejo junto al veterano de Malvinas Víctor Cuentilli, con una fotocopia de la cara de Giachino y la pegó con chinches en una pared.
—Señor Pompillo se retira —le decía el presidente del Concejo, que lo desconocía.
Lo desalojaron, se fue a los gritos. En otra sesión lo declararon persona no grata.
El FONAPA también participó en febrero de 2014 de un acto de repudio hacia un supuesto ataque de bolivianos a argentinos en Salta (argumentaban el robo de tierras nacionales), junto a otras organizaciones de ultraderecha como el Partido Bandera Vecinal (Alejandro Biondini), el Congreso Nacional de Suboficiales Argentinos (CoNaSubAr), el Grupo Magna y la Juventud Nacionalista Darwin Passaponti.
A los días del acto, se avivó un incendio el Centro de Residentes Bolivianos, y hubo pintadas:
“Fuera Bolivia de Salta. La Patria no se negocia. Ojo... arderá el escarmiento”
“FONAPA, La Giachino, viva la patria carajo”, firmaron.
En una reciente entrevista que le hizo Perfil, Pampillón refirió a las pintadas: “Yo puse 'Fuera Bolivia de Salta' nunca bolivianos, es una frase nacionalista pero no hay xenofobia. Debo ser el único que procesan porque pinte un paredón pero la Justicia descartó la idea de racismo. Hay un hecho que es real que es que se robaron parte de nuestro territorio y actúo en base a ese acto. Si hubiera embajada de Bolivia en Mar del Plata hubiera ido ahí”.
Cuando se ordenó el allanamiento de la casa de Pampillón (del que participó la Unidad especial de la Policía Federal Argentina de Investigación de Conductas Discriminatorias), se le secuestraron CPUs, pendrives, notebooks y celulares que aportaron pruebas que lo incriminaron.
Cuando dio su declaración indagatoria no aceptó preguntas del fiscal ni del juez: dio un monólogo y se dijo perseguido por razones políticas.
En 2014 volvió al Concejo Deliberante, que estaba en sesión para destituir a la concejal de la UCR Vilma Baragiola como presidenta del cuerpo (por un video sobre el presunto pedido de "una colaboración" a un dirigente de Camioneros, a cambio de apurar un trámite para el hotel del sindicato). Pampillón y un grupo de FONAPA entraron a las piñas, pedían justicia y repudiaban la destitución. Hay fuentes de los pasillos del Concejo que dicen que FONAPA fue usado por el partido político como el brazo violento de ese acto, para que con el escándalo llegara a los medios nacionales. Baragiola es la actual Secretaria de Desarrollo Social del municipio de la gestión Pro.
Tras el requerimiento de la fiscalía, el mes pasado el juez federal Santiago Inchausti elevó a juicio oral la causa que tiene como imputado a Pampillón por las pintadas en el monumento y el ataque al Centro de Bolivianos.
Pampillón también desembarcó con un megáfono en la Capital Federal junto a un grupo de FONAPA para hacer guardia frente a la iglesia que está al lado del colegio Nacional Buenos Aires. Días antes habían acusado que cinco estudiantes se habían filtrado por un pasadizo y habían orinado los santos, en medio de un reclamo. Del megáfono se arengaban canciones de iglesia.
Mientras el director del Nacional llamó a la policía y se despegó de cualquier vinculación con FONAPA ante los padres, Pampillón reivindicó el acto:
"Fuimos en busca de los responsables, estuvimos en la puerta del colegio Nacional Buenos Aires y dejamos clara nuestra postura bien patriota. Así somos y así moriremos. Nosotros no hablamos de los historiadores, sino que buscamos que ellos hablen de nosotros el día de mañana. Lo seguiremos haciendo, carajo!!! A los atacantes le daremos con todo, y a los tibios los vomitamos".
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Desde que tiene sus seguidores por defender al cuadro de Giachino, Pampillón quiere entrar a la política, aunque sus formas y vínculos no lo ayudan. En abril de 2011 FONAPA hizo un acuerdo con el Partido Nacionalista Constitucional-Unir del diputado Alberto Assef (hoy Frente Renovador) para participar electoralmente en Mar del Plata. En 2013 fue el primer candidato de una lista en la interna en la lista a concejales de la Alianza Compromiso Federal, el partido de los hermanos Rodríguez Saá. Tras sumar una cantidad ínfima de votos (entre los tres que competían no sumaron el 1,5 por ciento del padrón), denunció fraude electoral a través de un comunicado:
“Fue titánico el esfuerzo de nuestros fiscales, pero no alcanzó para contrarrestar las grandes estructuras partidarias que se prestan a estas prácticas delincuenciales, fraudulentas y mafiosas que se verían terminadas por completo con la boleta única, que justamente las mayorías se resisten a aprobar”.
En 2015 ambicionó formar parte del Pro y del Partido FE, liderado por Gerónimo “Momo” Venegas, y tras la negativa intentaron una alianza con el Partido Renovación Federal (PRF) para que Pampillón fuera candidato a intendente. Esto se frenó con la denuncia a los dirigentes del PRF de Daniel Ochacovsky, de la Fundación Amigos de la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentina), que les alertó sobre las imputaciones que tenía su futuro aliado.
Cuando ganó la intendencia Arroyo, Pampillón estuvo festejando en el bunker y desde Facebook se auguraba para sí mismo un cargo en Seguridad. Meses antes -ya procesado y conocido por violento- se sacó una foto con Emiliano Giri, un funcionario marplatense de Cambiemos que fue detenido esta semana por supuesta malversación de 16 millones de pesos.
Arroyo dijo que no tiene nada que ver con su seguidor. En septiembre de 2015, también se refirió a Bolivia “como el causante de la delincuencia e inseguridad”. En televisión comentó: “Si la frontera sigue siendo una criba, o sea un colador, por donde entra cualquiera de cualquier país con cualquier cosa… todos de la misma nacionalidad y son todos expertos en cultivar coca por ejemplo, que no quiero nombrar al país para no hacer distinciones, pero usted se imagina”.
Meses antes, en plena campaña, largó otra de sus frases célebres: “Me tienen podrido con la dictadura”.
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En enero, para que la municipalidad sepa quién es quién entre los neonazis, la Asamblea por una Sociedad sin Fascismo presentó un informe con las denuncias penales, fotos, videos y documentos entre los que aparecen policías retirados y en ejercicio. Hay pruebas: ultraje a espacios para la Memoria, escraches con esvásticas de veredas y paredes, racismo, pintadas de odio y cuerpos ensangrentados.
Luego de las roturas del bar de Moreno Iglesias, el Concejo Deliberante reunió a casi todos los bloques políticos para hablar sobre el ataque. Pidieron que el intendente se expidiera y repudiara los hechos.
“Mi función es la de administrar, no la de juzgar. No soy yo quien para juzgar u opinar sobre hechos que tiene que juzgar la Justicia”, contestó Arroyo al portal Loquepasa. José Luis Zerillo, que fue secretario de Derechos Humanos del municipio de 2013 hasta el cambio de gestión en 2015, soportó reiteradas amenazas y asesoró varias de las denuncias contra los neonazis. Incluida la del bar:
—Es un delito federal porque se codifica en la ley nacional contra la discriminación. En este último caso aparece un arma, lo que empeora las cosas, y la preparación de los caños con los que atacan son un indicio de que no son golpes espontáneos, sino que tienen una premeditación y una forma de actuar.
El área de Derechos Humanos marplatense, después de reunirse con referentes de AMADI y funcionarios de diferentes sectores del municipio, formó una mesa de trabajo conjunta para prevenir nuevos ataques. Y la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, creó un equipo de trabajo uniendo a las fiscalías federales 1 y 2, de Laura Mazzaferri y Nicolás Czizik, al mando del fiscal general Daniel Adler.
Gils Carbó habla de una relación criminal: "A lo largo de los últimos cuatro meses se registra en Mar de Plata un importante incremento de denuncias por discriminación, de fuerte tinte racista (en particular, neonazi) y de distinta gravedad, que incluyen casos de violencia física en los que podría haber intervenido un mismo grupo de personas".
La procuradora resolvió que contribuyan las unidades fiscales especializadas en Violencia contra las Mujeres (UFEM) y en Ciber-delincuencia (UFECI). También Claudio Avruj, secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación, viajó a Mar del Plata junto al director de Políticas de Diversidad Sexual, Diego Borisonik. Avruj repudió la violencia e presentó una denuncia penal.
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A partir del cruce de los casos y la decisión de tomar medidas, la semana pasada hubo cinco detenidos: Alan Olea, Nicolás Caputo, Gonzalo Paniagua, Oleksander Levchenko y Giuliano Spagnolo, También fueron citados a declarar otros dos imputados que permanecen en libertad, uno de ellos menor. La causa está en secreto de sumario y los cinco fueron trasladados a un penal fuera de la localidad.
Mientras la guardia periodística esperaba en la puerta de la comisaría con la primera detención, el padre de Olea les advirtió a cronistas y fotógrafos:
—Si le pasa algo a mi hijo los mato.
En los mismos días le vaciaron la casa de Mar del Plata al premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel (que responsabilizó a los grupos neonazis) y balearon por la madrugada un local de la agrupación La Cámpora.
Hay más nombres que se suman a la lista de amenazas de los últimos años: Fernando Lozada, de Ateos Mar del Plata, Javier Wollands, ex concejal por Acción Marplatense, Mario Rodríguez, actual concejal UCR, Luciana Peker, periodista del diario Página 12 y una intimidación al fiscal Adler. Y otros tantos casos que no fueron denunciados, como el del joven al que le gravaron la esvástica en la palma de la mano con un cutter o la golpiza a una chica por usar una remera del grupo de heavy metal Sepultura.
Horacio Azzolin, de la Unidad Fiscal de Ciber Delitos, está trabajando en los requerimientos para aportar pruebas en la causa neonazis. Dice que si amenazan, hay que denunciar.
—Una amenaza en persona, por internet, por teléfono o con un pasacalle es lo mismo: un delito. Es muy importante para que haya registro y se pueda trabajar mejor: la policía está obligada a recibir las denuncias y las fiscalías también. Y más allá de que el perfil sea inventado siempre hay mecanismos para rastrear al que amenaza.
Primo Levi escribe en “Si esto es un hombre” que está encerrado en un cuarto de Auschwitz donde gotea una canilla y no cabe un humano más. Hace días que nadie come. “¿Cómo vamos a pensar? No se puede pensar, es como estar ya muertos. Algunos se sientan en el suelo. El tiempo trascurre gota a gota”. Cada vez que por gracia o ignorancia reaparece el racismo la sociedad retrocede en su capacidad de existencia. Democracia no significa anular, sino sumar. Por eso, cuando estos grupos piden que sus reclamos nazis sean escuchados por la democracia, la respuesta es no. No hay espacio para el deseo de anular al otro. No debe haber espacio para la violencia y la intolerancia.