“Mandale a decir a ese que si algún día vuelvo a salir, lo primero que voy a hacer es meterle tres cuetazos en la nuca”, le dijo Robledo Puch a un compañero de pabellón. El mensaje debía llegar a Rodolfo Palacios, el cronista policial que lo biografió en “El Ángel Negro” (Aguilar, 2010).
A los 7 años, en Mar del Plata, Palacios coleccionaba revistas “El Gráfico”. Leía las notas de fútbol y boxeo. En 1995 comenzó a cubrir deportes en el diario “El Atlántico” de su ciudad. Cuando una tarde lo enviaron a cubrir un caso policial no imaginó que unos años después escribiría libros sobre los criminales y ladrones más importantes del último medio siglo de la Argentina. Ricardo Barreda, Yiya Murano, el Loco del Martillo, Arquímides Puccio, la Garza Sosa, Pepita la Pistolera son perfilados en sus libros “Pasiones que matan. 13 crímenes argentinos” (Aguilar, 2011), “Adorables criaturas” (Ross, 2012) y “Conchita. El hombre que no amaba a las mujeres” (Libros de Cerca, 2013).
Palacios trabajó como periodista de policiales y editor en Crítica de la Argentina, Perfil, Noticias, El Guardián y Crimen y Razón. Sus notas también se publicaron en La Maga, Playboy, Caras y Caretas, Brando, Ñ, Muy Interesante, 7 Días, en las revistas Orsai, Society de París, Séptimo Sentido de El Salvador y Domingo de México.
Como docente, dictó talleres de crónica policial en el Centro Cultural Ricardo Rojas, en ETER, en El Club Orsai y en el Taller Arteluz de México. En sus clases suele citar notas de Osvaldo Soriano publicadas en Panorama o Mengano, crónicas del uruguayo Juan José Soiza Reilly, de Roberto Arlt o de Emilio Petcoff.
Palacios es hincha de Independiente y de Calamaro. Practica boxeo. Tiene una hija que se llama Charo.