De chica, a Mercedes Alonso le decían que era un anfibio. Como esta revista todavía no existía, hay que entender que se referían a una forma de estar en el agua (nunca en la tierra pero tampoco tan en las nubes), aunque nació porteña, lejos del mar y de espaldas al río.
Ahí está todavía. Entre los libros, el cine, las cosas que escribe y las clases que da sobre unos y otros en escuelas secundarias y universidades nacionales, va a nadar todos los días y se escapa a la playa cada vez que puede.