Martín Mazzoncini se subió a una mesita, alzó los brazos con la máquina a cuestas, se asomó a la ventana y sacó la primera foto de su vida. Tenía 4 años.
Es fotógrafo y artista visual y estudió diseño gráfico en la UBA.
Trabajador independiente, reparte su actividad como fotógrafo editorial; hace reportajes y muchas fotos de gastronomía.
Es docente universitario y también ha diseñado varias tapas de libros.
Gracias a su profesión, cuenta, ganó permisos, habilitaciones y puertas que se abren.
Hay un efecto extraño con la fotografía. Te da permiso para casi todo y te habilita a entrar y explorar espacios interiores y exteriores que de otro modo estarían vedados.
Ayer, Martín se junto con con una artista textile: están produciendo una obra juntos.