Mario Juliano es juez en la ciudad en la que vive desde que tenía 10 días: integra el Tribunal en lo Criminal 1 de Necochea. Estudió Derecho primero en la Universidad de Buenos Aires y después en Mar del Plata.

Comenzó siendo laboralista. Entrado el gobierno de Carlos Menem, con los derechos laborales en retirada, Juliano se pasó al bando del derecho penal. Hoy es Director Ejecutivo de la Asociación Pensamiento Penal. Su primer caso como juez fue en un caso de robo a una casa. Hubo condena para el implicado. Juliano aporta un dato de su ciudad: Necochea es el departamento judicial que tiene menos personas privadas de la libertad en toda la provincia: 86/100.000. Y es el segundo lugar con más personas con arrestos domiciliarios: 25% del total.

Este juez penal del interior bonaerense ganó notoriedad hace unos años cuando fue presentado en algunos medios como el juez “polémico” que pretendía que las personas detenidas pudieran tener teléfonos celulares. Hoy, salvo motivos fundados, como haber recibido condena por “crimen organizado”, un detenido debería tener acceso a un celular o internet. “La incomunicación contemporánea (prohibida por ley) no es meter a un individuo en un calabozo. Es impedirle el acceso a la telefonía e internet”, explica Juliano. “La telefonía es un instrumento pacificador e las prisiones”, dice el juez y agrega un dato más: El 80% de la población penitenciaria está en posesión clandestina de telefonía celular. “Ignorarlo es querer tapar el sol con las manos”.

Con un perfil alto en redes sociales, el juez suele compartir con sus amigos y seguidores fotos de su vida como runner y ciclista. Cuando pedaleo o corro soy realmente yo, me conecta con la libertad, dice.

Así se llama su hija más chica: Libertad.