Lía Ferrero se decidió a estudiar antropología cuando, en la secundaria, tuvo que preparar una lección sobre la tumba de Tutankamón. Hasta meses antes de terminar el colegio, estaba convencida de que en la arqueología estaría su futuro. Una charla con un cientista social que estaba haciendo trabajo de campo en su pueblo del norte argentino la hizo cambiar de opinión: ella quería trabajar con los vivos; por eso, se inclinó por la antropología social y cultural.
En el CBC, la materia de su disciplina tenía como bibliografía un manual compilado por la Licenciada Mirtha Lischetti. Lo leyó y releyó innumerables veces y lo prestó otras tantas. Eventualmente no volvió. Encariñada, logró hacerse de otra copia, que todavía conserva.
Además de enseñar en las Universidad Nacionales de La Plata, Avellaneda y José C. Paz, es docente en la Universidad Nacional de San Martín e investigadora en el Centro de Estudios del Deporte de la Escuela de Política y Gobierno de esta casa de estudios. Cuando se inició en los estudios sociales del deporte, hace una década, los libros de Eduardo Archetti y el Mundial de 1978 como acontecimiento significativo le resultaron iniciáticos. Luego vinieron los textos de Julio Frydenberg y Pablo Alabarces, seguidos de todos los brasileños e ingleses que son referentes en el campo.