Julieta Wanda Del Campo Castellano cursó en un secundario técnico en la base aérea de El Palomar rodeada de hombres, donde aprendió la fórmula de sustentación y los principios de funcionamiento de un motor aeronáutico. A los dieciocho años, dejó los días de herramientas, taller, frío, calor y lluvia en los hangares para estudiar otro mundo donde las mujeres fueron históricamente relegadas: la política.
En su paso por la academia fue la primera generación de estudios universitarios en su familia, se recibiría de politóloga a los 25 años y comenzaría en esa misma experiencia a percibirse como “militante de la justicia social”. Su biblioteca ilustra un repertorio de saberes y autores del campo de las ciencias sociales, pero le gusta definirse como “benjaminiana”. Arendt es otra de sus clásicas favoritas, y Guillermo O`Donnell pica en punta entre los contemporáneos.
Cursó su carrera de grado en la Universidad Nacional de San Martín, donde se encuentra finalizando la Maestría en Sociología Económica. Trabaja como investigadora en esa misma casa de estudios, en el IDAES y en Lectura Mundi. Sus intereses de investigación principales son la cuestión del desarrollo, la industria y su vinculación con la producción de conocimiento en la universidad. Le gusta escuchar música cuando escribe. Pero asegura que después de varios años de escritura, todavía no encontró ninguna verdad.
Eso sí: aún gira la cabeza y se dispersa cuando ve pasar un avión.