Javier Cababié asegura que nunca decidió ser cronista. Sucede que aunque le encanta decidir, la sola idea de “ser” le produce un ahogo en el pecho y ganas de saltar. Entonces no es cronista, ni periodista ni psicoanalista, aunque esas sean sus coordenadas y a veces no le quede otra que presentarse como docente, o mejor, coordinador de grupos de escritura. Como no cree en el “ser”, cree en los cruces, y cree que del cruce entre psicoanálisis y periodismo pueden surgir muchas cosas, por ejemplo un libro. Qué tiene Charly García en la cabeza es la pregunta que lo llevo de viaje a Mendoza y, como corresponde, no encontró la respuesta.
Antes de cerrar los ojos para dormir piensa lo fantástico que sería hacerlo toda la noche de corrido: se ilusiona, pero sabe que no ocurrirá. Lo mejor que le pasó ayer fue encontrarse con su primer analista en una esquina de Barrio Norte y pedirle 25 centavos que le faltaban para el parquímetro. "¡Me salvaste!", le dijo cuándo se estaba yendo, y lo escuchó reírse como diez años atrás. ¡Otra vez!