Gracias al diseño, Hernán Vargas consiguió mucho amor. Mientras estudiaba en la Fadu (UBA), se enamoró de otra diseñadora, que sigue siendo su compañera. “Con eso ya estoy hecho”, suele decir.
También cree que diseñar te pone en la necesidad de abordar los problemas desde perspectivas muy distintas a tu forma cotidiana de pensar. Cree que el diseño le dio herramientas para mirar el mundo, lo que pasa, pensarlo y analizarlo por él mismo. Algo así como ser más libre.
Por su profesión, ha tenido que resignar horas de sueño.
Diseñó infinidad de tapas y colecciones de literatura de adultos y libros infantiles.
Trabajó en Editorial Norma y actualmente se encarga de la dirección de arte e ilustraciones de Revista PIN (publicación para niños). Colabora en Caras y Caretas, diagramando e ilustrando.
Lo mejor que le pasó ayer generó cierto clima de envidia en la redacción de Anfibia: cenó mirando la luna sobre el mar, junto a su enamorada.