Dolores Caviglia no tolera guardar una remera en el ropero aunque apenas se la haya probado: piensa que ya está arrugada y también sucia por haber entrado en contacto con el desodorante. Siempre apaga la televisión en un canal que le gusta. En la billetera, ordena los billetes de menor a mayor valor y todos con la cara de los próceres hacia arriba. Suelen decirle mañosa. Pero también hiperesponsable y cumplidora. Es Licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires y, como destacan algunos de sus compañeros de trabajo que aún no han entregado su tesis en Comunicación, Dolores también terminó el profesorado. Habla dos idiomas, inglés y alemán. Se dio cuenta de que quería ser periodista cuando estaba en el último tramo de la carrera y hoy se confiesa fanática de Shakespeare. Pero, entre los logros obtenidos gracias a la profesión, resalta el momento en que pudo sacarse una foto con su ídolo de la infancia: Diego Torres.