Muy pocos de los que conocen a Diego Geddes dicen bien su apellido. Más allá de cómo escribe, se pronuncia “Guedes”. A él esta insonoridad no le importa demasiado: corrige dos o tres veces, luego se resigna.

Alto y rubio, Geddes no tiene auto. Trabajó durante nueve años en la sección homónima del diario Clarín y todas las semanas probaba uno nuevo, cero kilómetro, novedoso y brillante. Ya no. Sigue en el diario, pero en la sección Sociedad.

Nació en Bahía Blanca, juega al tenis, le gusta la frase “Todo lo que me separa de usted me enaltece como persona”, es fanático total de Gaudio, hincha de River y muy buen tipo.

Después de hacer una maestría en la Universidad San Andrés, colaboró como redactor en las revistas Playboy, Access yAutoclub y fue productor periodístico del programa Lalo por Hecho (Radio Mitre).

Antes de irse de luna de miel, quiso encontrarse con el puma perdido en Vicente López. No lo encontró, pero en el camino, consiguió algo mejor: una buena crónica que publicamos en Anfibia.