Desde muy chico, a Ariel Gutraich le llamaba la atención que su papá se encerrara en el baño a oscuras durante un rato largo. De más grande entendió que el hombre, fotógrafo aficionado, lo hacía para destrabar la película.
A los 6 años, era común verlo a Gutraich en el techo de su casa de Tierra del Fuego, mirando desde arriba, oteando el horizonte, sacando fotos con una camarita Kodak Fiesta de plástico. Con el tiempo hizo cursos, mejoró su equipo. En 1994, tuvo su primer trabajo como fotógrafo en la revista Para Ti. Ocho años más tarde se independizó: hace fotos para medios gráficos, agencias de publicidad, editoriales y museos. Sus principales temas: la gastronomía, los personajes, la sociedad y el arte. Sus fotos de bifes huelen a carne: dan ganas de arrancar y masticar las hojas de libros y revistas en las que publica imágenes de alimentos.
Gutraich no se queda en las fotos, también hace una exquisita cerveza artesanal y está desarrollando una investigación sobre fotografía estenopeica. Para Anfibia trabajó con Maru Ludueña, su esposa, a quien conoce bastante.