No se le daban los deportes ni las ciencias: patadura en los potreros de Medellín y un poco indiferente ante las ecuaciones que le proponían las matemáticas y la física. En esa misma escuela estudiaba un niño de apellido Escobar: el hijo de Pablo Emilio Escobar Gaviria.
Andrés Montoya llegó al periodismo a comienzos de los ’90, cuando la ciudad de los paisas todavía amanecía con algún bombazo ordenado por “El Patrón”.
Ganó dos premios Simón Bolívar en televisión y ha sido tallerista de la Fundación García Márquez. Actualmente trabaja como investigador para Teleset–Sony.
Sus amigos dicen dos cosas de Montoya: que ya es hora de que tenga Facebook y que, por día, es capaz de decir 10 veces la frase “crimen organizado”.