Correr 10 kilómetros por el bosque, ir al cine y comer con sus hijas Tamara y Ximena. Así es el día perfecto de Alfredo Nateras, doctor en Ciencias Antropológicas por la Universidad Autónoma Metropolitana-Izatapalapa de México.
Nateras se licenció en psicología social y empezó a trabajar con grupos de jóvenes. Hizo dos maestrías: en psicología y en antropología. Y las juventudes siempre fueron su campo. Le interesan las significaciones de los cuerpos, los imaginarios de violencias y muerte, el uso social de drogas en espacios del divertimento. Fue jefe de Proyectos Nacionales en Prevención de Drogas en Centros de Integración Juvenil (CIJ), ha impartido seminarios sobre identidades juveniles en universidades de toda América Latina y hoy es profesor, investigador y coordinador general del diplomado “Culturas Juveniles. Teoría e Investigación”, en la UAM-I.
Nateras escribió Artistas de la piel y decoración corporal en jóvenes (Ríos de Tinta, México, y Tinta Fresca, Argentina) y coordinó otras publicaciones sobre jóvenes y maras.
Cuando era adolescente, Nateras leyó El lobo estepario, de Hermann Hesse y le voló la cabeza. De joven le gustaban los animales, las mascotas. Tuvo un perro que era casi un lobo: Boby, un pastor alemán muy bravo que arrancaba los rabos de los puercos, las orejas de los burros y atacaba sin piedad a las gallinas.