Ilustración: Florencia Gutman
Después de la publicación de la crónica se armó un gran debate, con opiniones basadas en la información, opiniones basadas en los prejuicios, opiniones odiosas, opiniones en búsqueda de información y opiniones moralistas.
El debate sobre la confidencialidad de las personas con VIH a la hora del sexo se da en todos los espacios: en los comunitarios, en los de las personas con VIH, hoy mismo en la Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivos a raíz de los comentarios de la crónica se armo un debate increíble. Este debate sigue en pie, en el mundo. En algunos países el VIH y las personas que vivimos con VIH están criminalizados: muchas de nuestras ONG y las redes de personas con VIH, los gobiernos y la ONU trabajan para que estas leyes de criminalización terminen. Los miedos, las dudas que expuse en el artículo no son sólo míos. No es una postura mía, particular, egoísta y solitaria. En el mundo hay muchas millones de personas viviendo con VIH: 34 millones de personas viven con VIH.
He leído comentarios que parecen tener veinte años, comentarios que piden a gritos educación, información y sensibilización. Las organizaciones de la sociedad civil y las redes de personas con VIH atentos y dispuestos a brindarles información para que todos ustedes puedan conocer nuestra situación.
El primer impacto de los comentarios hirientes fue dolor (causaron efecto: ¡buen trabajo!). Los comentarios negativos por falta de información también me provocaron dolor pero por algo distinto: me hacen ver a mí y a todas las personas que trabajan conmigo en distintos países del mundo que aún falta mucha información. Que aún falta mucha sensibilización. Que aún falta mucha comprensión.
Siento que los comentarios fueron más duros y maliciosos porque soy una mujer. La construcción social de la mujer, siempre buena, dispuesta a cuidar al otro, a dejarse de lado para brindar amor, sexo, atención.
Desde que me dieron el diagnóstico, hace doce años, en todas mis relaciones sexuales, siempre, tuve sexo con preservativo.
Las veces en que conté que tenía VIH después del sexo, las personas reaccionaron mejor, mucho mejor que ustedes, muchos de lxs cuales casi piden que muera la semana que viene.
Las veces que no lo dije no hubo ningún tipo de riesgo, nunca hay riesgo, estoy medicada y con carga viral indefectible (tan poco virus en el cuerpo que no se detecta en sangre).
Cuando me contagiaron, a mí no me lo dijeron, a mí me insistieron para no usar forro y yo estaba en una situación de violencia de género que no viene al caso detallar. Fue muy diferente.
Agradezco la lectocompresión y les comparto una nota que, por un rato, me hizo sentir mejor.
http://ferminasedistrae.blogspot.com.ar/2014/07/el-lado-b-del-hiv.html
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Aclaración del equipo editorial de Anfibia.
A raíz de la nota, en Twitter, el director de Comunicación y Desarrollo Institucional de la Fundación Huésped Leandro Cahn aclaró algunos puntos.
(1) Leí la nota de revista Anfibia http://t.co/udeIlxmoG8. El tema de contar o no contar es super complejo, pero no es una obligación
— Leandro Cahn (@leandrocahn) julio 28, 2014
(2) Protegerse en una relación sexual es una decisión de los dos. Poner toda la carga en quien vive con VIH es un error
— Leandro Cahn (@leandrocahn) julio 28, 2014
(3) La mitad de las personas que viven con el virus no lo saben, por lo que no podrían contarlo.
— Leandro Cahn (@leandrocahn) julio 28, 2014
(4) La decisión de contarlo involucra un montón de cuestiones, muy dificiles de generalizar en un par de tuits
— Leandro Cahn (@leandrocahn) julio 28, 2014
(5) Lo central es promover el testeo, que todos sepamos si tenemos o no VIH, para así comenzar tratamiento porque (sigue)
— Leandro Cahn (@leandrocahn) julio 28, 2014
(6) Una persona con VIH en tratamiento tiene casi cero riesgo de transmitir el virus a otra.
— Leandro Cahn (@leandrocahn) julio 28, 2014
(7) A priori uno dice "sí, tienen q contarlo", pero piensenlo un poco más. Es más complejo. Y la protección está ahí, al alcance de la mano
— Leandro Cahn (@leandrocahn) julio 28, 2014
Y si el preservativo se rompe, creo que es importante contarlo porque existe la profilaxis post exposición (se toma tratamiento un mes)
— Leandro Cahn (@leandrocahn) julio 28, 2014