A mediados de los años 90, Liliana Villanueva y su pareja se mudaron a Moscú por cuestiones laborales: así nació el libro “Sombras rusas” (Blatt y Ríos) cuyo adelanto publicamos en Anfibia.
Liliana vivió también cuatro años en Moscú. Es doctora en arquitectura por la Universidad de Darmstadt, fue corresponsal de prensa en Rusia y tiene una columna sobre escritura en Radio Uruguay. Obtuvo el Premio Míkel Esseri de crónicas de viajes (País Vasco, 2011). Por su crónica “La idea del frío” recibió el Premio Osvaldo Soriano de Relato (Facultad de Periodismo y Ciencias Sociales de La Plata, 2013). En 2016 obtuvo el mismo premio por su crónica “El hielo vive”. Su libroLas Clases de Hebe Uhart (Blatt & Ríos, 2015) recibió el Premio del Lector de la Fundación del Libro de Buenos Aires en 2015. En 2017 recibió el Premio Casa de las Américas por su libro Lloverá siempre, una extensa entrevista realizada a la escritora y periodista uruguaya María Esther Gilio. Actualmente vive entre Buenos Aires y Berlín.
Su libro “Sombras rusas”, alabado por la crítica, como dice el lugar común, no es sólo un libro de crónicas sobre Rusia, también es un libro sobre la caída del Muro y las ruinas del socialismo real, sobre el espectro gigantesco que en esos años iba quedando de la Unión Soviética. La cronista visita ciudades, edificios, monumentos; hace viajes a Siberia y a otras zonas del interior de Rusia; convertida en periodista, reportea al traductor de Cortázar y a la intérprete del Che. Con una lengua y una mirada afiladas nos entrega sofisticadas descripciones de la vida cotidiana de ese país cuyo territorio comparten dos continentes.