Fernando Soriano marca los libros, los subraya, los anota, pero hubo una época en la que, para no marcarlos “tanto”, les hacía un puntito. Luego, el problema eran los múltiples sentidos que podrían llegar a tener ese puntito. "¿Acá qué habría querido decir?".
Nació en Avellaneda y si al día siguiente juega Independiente, cuando se acuesta, antes de quedarse dormido, extraña mucho a Bochini. Piensa que dormimos demasiado y que no es suficiente, trata de sentir durante los primeros instantes del sueño esa sensación de cosquilleo que aparece y que tal vez se parezca a la muerte o a todo lo contrario.
Trabaja en Clarín desde 1999. Cubrió catástofres naturales, juicios, partidos de fútbol, crímenes, elecciones presidenciales, el carnaval de Brasil, temporadas de verano en la Costa y hace años sigue los temas de políticas de drogas, especialmente cannabis. Actualmente escribe en Policiales.
Un día, en un examen de Química del CBC, se sacó 0 (¡Cero!) y decidió seguir esa intuición que tenía a los 9 años cuando recortaba la colección de El Gráfico y armaba sus propias revistas con las fotos de los jugadores. O cuando volvía del fútbol infantil en el auto y le decía a su padre cuál sería el título de tapa de la revista si hubiera cubierto su partido. Ese día, decidió dedicarse al periodismo.
Publicó notas en Rolling Stone, La Agenda de Buenos Aires, revista Gabo. Junto a José Bellas escribió Será siempre Independiente (Planeta), colaboró en la investigación periodística de Recen por él, biografía política del Papa Francisco, de Marcelo Larraquy; y en Sangre azul, historia criminal de la Policía Federal, de Rolando Barbano. En 2009 quedó en la terna final de nominados al premio Estímulo de TEA en la categoría Diarios. Dice: “Ganó con absoluta justicia Rodolfo Palacios”.