Cuando tenía 11 años, Marian Moya visitó con sus padres el Museo del Hombre en París. Esas calaveras y esqueletos en exhibición, encerrados en vitrinas que llegaban hasta el techo le parecieron hermosos. Aunque hoy haría una revisión crítica de ese tipo de museos, confiesa que en ese momento se enamoró de la antropología en todas sus expresiones.
Moya tiene un CV apabullante; difícil de sintetizar. Es antropóloga, y doctora en Ciencias Sociales por Rikkyo University, Tokio. Es profesora en varias cátedras, y dicta el Seminario de Posgrado Japón: Sociedad y Cultura en Idaes-UNSAM. Ha dirigido proyectos de UBACYT y de la AECID. Publicó numerosos artículos y el libro “Miradas Profundas. Registros de una experiencia socioestética”. Y tiene un largo etcétera de méritos profesionales.