Nació en Chaco pero se crió en Ushuaia. Es fueguina hasta la médula y prefiere el frío al calor. Aprendió a esquiar a los cuatro años. A los 18 se fue a Córdoba a estudiar Comunicación Social en la UNC. Trabajó en un medio de comunicación digital que cubría las acciones de las organizaciones, movimientos y agrupaciones en el contexto de la crisis de 2001.
A los 26 aterrizó en Madrid. Estudió dos posgrados. Es experta en Gabinetes de Prensa en Empresas e Instituciones y Especialista en Información Internacional y Países del Sur por la Universidad Complutense de Madrid. Tuvo su primera experiencia en comunicación estratégica en la Asociación Española de Usuarios de Internet. Se mudó otra vez. Estudió en la Universidad de Salamanca. Es Experta en Violencia de Género. Hizo sus prácticas en la Secretaría de Igualdad de la Diputación de la región. El feminismo llegó a su vida para siempre.
Regresó a Argentina. Trabajó en el departamento de prensa del Concejo Deliberante de Córdoba. Fue voluntaria en el Consejo de la Mujer. Cruzó la cordillera de los Andes. Fue activista y reemplazante de la directora de Comunicación de Amnistía Internacional en Chile. Terminó el mandato y voló directo a Nueva Zelanda. Aprendió a hablar inglés fluido. Se agarró una neumonía y le dijeron que se podía morir. En la cama del hospital decidió que quería volver a Latinoamérica.
Regresó a Chile y trabajó como consultora independiente para Amnistía Internacional y de forma dependiente para una fundación alemana de derechos humanos con presencia en el Cono Sur. Hace unos años Rosario la sedujo. Aprendió a andar en kayak en el río Paraná. Trabaja acá y allá en comunicación, periodismo, como tallerista, investigadora, docente y lo que le mueva o se mueva. Le gusta tener nuevos desafíos. En 2024 conoció Ciudad de México y quedó fascinada.