—Yo era la nerd. Decía hago cosas con la compu.
Joaquina Salgado siempre experimentó con realidad virtual. Resignada a su amor, era capaz de pasar horas encerrada diseñando rarezas en su casa de La Plata. En abril de 2019 se enteró que se abría una convocatoria para armar una red de artistas digitales -identificadas como mujeres y personas no binarias- a través de un programa que también se desplegaba en Reino Unido y Canadá. Postuló. En mayo ya estaba adentro. En agosto, el afiche que diseñó estaba colgado en un cartel gigante, en Canadá. Lo vieron sus ojos y los de cientos de artistas de todo el mundo. Porque Joaquina Salgado pudo viajar a Montreal para participar de Mutek, el festival internacional de las artes digitales. Allá descubrió que había muchxs nerds que hacían y vivían de hacer cosas con la compu. Participó en talleres con gente de la que aprendía por tutoriales (como los desarrolladores del TouchDesigner) y exhibió obra, que resultó colgada al lado de la de Robert Hein, otro de sus ídolos. Joaquina se sentía en una nube. Flotaba. Daba un salto de escala.
—¡Armamos una red nueva!—decía por entonces Valeria Zamparolo, Jefa de Artes Américas del British Council.
Siete años después de su lanzamiento, la construcción es contundente: en el lineup de Mutek Buenos Aires, el 54% de las artistas son mujeres y personas no binarias. Amplify D.A.I. (Digital Arts Initiative) es una comunidad integrada por más de 100 artistas de 9 países y 3 continentes. La impulsan a nivel global el British Council y Mutek en alianza con ArtLab y Fundación Williams (Argentina). De manera estratégica, en todo este período también han sumado socios como el Canada Council for the Arts (Canadá), Oi Futuro (Brasil) y Somerset House Studios (Reino Unido).
Además de una sonrisa que va de auricular a auricular, de aquella aventura en Montreal Joaquina Salgado se trajo varias cosas. Una, íntima y política: por primera vez, además de nerd, dijo: “¡Soy artista!”. Dos, el gusto por el live y el escenario (“antes siempre estaba atrás, desde la cabina, mirando”). Tres, el formato A/V performances (“colaborás en hacer un todo”). Cuatro, inspiraciones para una obra basada en una idea del Manifiesto Cyborg: “‘apropiarnos de las máquinas y asociarlas a lo sensible y a lo poético”. Hoy Joaquina vive en Berlín, vive de su oficio como artista posdigital.
Eso es Amplify D.A.I.: una red, una nube, un nodo, un sueño; es movimiento, densidad, intensidad, interacción, formas, bellezas, experimentación, liquidez, nomadismo, flow. Amplify es una política cultural internacional liderada por el British Council que nació con el deseo de mostrar y tejer oportunidades entre creativxs multimediales, el desarrollo de sus carreras y sus potenciales para transformar la industria cultural.
La selección de artistas fue uno de los primeros grandes desafíos. La primera cohorte incluyó principalmente a creadorxs más asentadxs, para que pudieran liderar y estimular a otrxs a presentarse en las siguientes convocatorias. Luego siguieron las open calls, y la búsqueda se enfocó en hacer un mix entre artistas experimentadxs, otrxas con carrera más intermedias y otrxs en estadíos emergentes. Esto permitió generar mayor intercambio y que se potenciaran. Se buscaba, además, que respondieran a una federalización, a ideas innovadoras y a la diversidad también en términos de las herramientas con las que generan sus obras.
En este tiempo, lxs amplifiers radicadxs en América Latina, Europa y Canadá intercambiaron contactos, hicieron residencias, armaron duos transfronterizos para crear obra, descubrieron inspiraciones y recursos financieros, se abrazaron y aplaudieron para contagiarse la confianza en sus trabajos, salir a mostrarse, profesionalizar sus procesos y carreras. Con la impronta Mutek, muchos otros festivales comenzaron a armar lineups inclusivos y así, a aggiornarse al cambio cultural transfeminista a la vez que ganaban nuevas audiencias. “Cuantas más artistas mujeres se bookeen, más artistas mujeres se sumarán a las convocatorias, y tantas más mujeres habrá en el público”, reflexionaron lxs productores de Mutek Montreal.
“Como artistas digitales latinoamericanxs le pusimos empuje: lo necesitamos por las desigualdades que vivimos en esta parte del mundo -dice Laura Fuchs, que con Mecha MIO conforma Prifma-. Ahora, distintas convocatorias suman formatos electrónicos con nuevos lenguajes, fue algo que incentivó Amplify.”
En 2024, Amplify DAI cumple un septenio y cambia de piel. A lxs artistas les toca un nuevo desafío: seguir adelante de manera autónoma, autogestionada por ellxs. La próxima edición de Mutek Argentina será una especie de despedida.
“Amplify D.A.I. deja un legado muy importante que es este grupo de artistas particular -compara Valeria Zamparolo-. En ningún otro país donde se realizó el programa participaron con tanto compromiso y sentido de comunidad como en Argentina. Las redes se extendieron también a nivel internacional, y esperamos que sigan creciendo.” En estos días, algunxs artistas de Amplify D.A.I. abren el juego a otrxs colegas del arte digital-experimental y se agrupan en un nuevo colectivo, Mycelia.
En esos días quedará el eco de “Palabra e Hilo”, una de las poesías de Cecilia Vicuña:
El hilo está muerto cuando está suelto,
pero está animado en el telar:
la tensión le da un corazón.
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Una mujer negra de vestido blanco, con turbante, atraviesa un mercado en el norte del Amazonas. Con su tacto elige cebollas violetas, ajíes verdes, y señala un pescado. De vuelta en su cocina prepara una caldeirada, un guiso tradicional de esa zona de América del Sur, heredado de las colonias portuguesas. Muchas personas, incluso algunas muy jóvenes, comparten el plato. La cocinera/anfitriona está en la cabecera de la mesa es Keila Sankofa, cineasta y performer brasileña. Cada escena de Presente Das Presencias -así se llama esta pieza de videoarte- lleva sonidos creados por la compositora, multiinstrumentista y productora argentina Symi. Ambas son amplifiers. Crearon en colaboración, en el marco del Programa de Residencias Artísticas Artlab x Amplify D.A.I. 2021, en plena pandemia. Fueron meses de encuentros virtuales entre ellas, con mentores, a veces con traductores. “La obra habla de alimentación consciente, de nutrición por medio de la afectividad. Habla también del hambre y de la relación entre alimentación, nutrición y naturaleza”, conceptualiza Symi. Su música atraviesa atmósferas emocionales: a lo largo de cuatro temas evoca al viento, a las ranas, hasta la vida intrauterina. En un momento levanta el ritmo hasta parecer digno de una fiesta de ArtLab; en otros, los sonidos ecualizan el sentimiento de amor en su mejor estado: el de la felicidad sin euforia. Presente Das Presencias se mostró en Brasil, Canadá y Argentina.
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“En Amplify aprendí a escribir sobre lo que hago, a darle un marco conceptual. Mirarlo desde afuera me hizo sentir que mi proyecto era real”, dice AVR010, productora argentina de música electrónica bailable y experimental, hoy radicada en Lisboa.
¿Qué es ser artista digital? ¿Se nace? Artista digital se hace. Entre la construcción que deja el programa del British Council está la curaduría de artistas digitales globales cartografiadas en su web. En ese portfolio -disponible para creadorxs, programadorxs, melómanxs y cazadorxs de tendencias- están sus obras, nicks, trayectorias. En común tienen la sensibilidad por la música electrónica, la exploración sonora, las artes visuales, la narración inmersiva. La búsqueda de imágenes, colores digitales y ruiditos autorales. Los argumentos para guardar cables viejos, cajitas de música u cáscaras de naranja, por si acaso las necesitan para una obra. Y haber llegado mediante una hibridación de técnicas y conocimientos.
La diversidad de inquietudes que las trajeron hasta acá es una fiesta. Sus trayectorias confunden al algoritmo porque no son lineales ni predecibles sino abiertas y experimentales. Pueden venir de la física cuántica, de la arquitectura, del desarrollo web, de estudiar guitarra en el conservatorio, de diseñar videojuegos. Al crear esta constelación, Amplify D.A.I. procura también la riqueza intergeneracional y dar oportunidades a quienes tienen menos accesos, incluido el colectivo BIPOC (“personas negras, indígenas y de color”, por sus siglas en inglés).
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Fueron protagonistas de Terminal Norte, un documental que Lucrecia Martel realizó en pandemia. Compartieron zapada y una larga tertulia nocturna en la profundidad del energético monte salteño con Julieta Laso, entre otras artistas.
Las Whisky (María Mar Pérez y Macarena Fuentes) son salteñas. Bautizaron así a su dúo experimental -proyecto de teatro, música y performance- por la anécdota que las decidió a hacer algo juntas. Una noche cualquiera entraron a una fiesta, y como la música les aburría pasaron de ser coladas a DJs. Hoy, sus sets combinan escenas de películas favoritas y canciones que van desde el techno al dark wave, el dance y la electrónica mezcladas con sonido ambiente grabadas en lugares públicos y momentos cotidianos. Llegaron a Amplify en una convocatoria en conjunto con INAMU en 2019, en el marco de la Agenda de Género que impulsó Paula Rivera, entonces vicepresidenta de la institución. “Amplify nos permitió tener nuestra primera experiencia profesional, desde todo punto de vista. Pudimos hacer lo que queríamos hacer, bien contentas, contenidas y respetadas como artistas”. ¿Hay algo que legitime más un proyecto que contar con las condiciones técnicas para que la puesta se luzca?
Amplify DAI brindó aportes financieros “cash”, realizados por British Council y Fundación Williams, y aportes estructurales y profesionales, como los recursos técnicos y humanos de las plataformas de ArtLab y Mutek y la experiencia de profesionalización y masividad que habitan sus escenarios.
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En 2019, el British Council articuló también con INAMU, el Instituto Nacional de la Música. En particular, con la transformación que también llevaba adelante Paula Rivera: “Empezamos en 2018, con la fuerza de un año muy candente, un tiempo inédito en materia de feminismo -recuerda-. Buscamos construir espacios más amables, una sociedad más justa y diversa. Ya sabemos que nunca es suficiente, que el trabajo va a llevar mucho tiempo. Así que celebro que esta red enorme a nivel mundial nos vaya encontrando.” Conectar artistas de todo el país permite construir eso nuevo que se construye de lo que trae cada una de sus regiones y subjetividades.
“Este arte quizá no se entiende tanto, se vive como entretenimiento. En otros países se toma como obra reflexiva en museos, por ejemplo. A nivel internacional hay una aplicabilidad grande porque hay mayores posibilidades técnicas y económicas. Ojalá acá existan nuevos programas para que este arte pueda ampliarse y ser disfrutado por todos”, coinciden las protagonistas del dúo Motia, Gimena Federici y Julia Posada. Para las mendocinas, Amplify es una puerta. Una manera de mirar al arte digital, una movida para sacarlo del nicho.
Para Kion, descubrir a esta comunidad fue un regalo. Vivía en Comodoro Rivadavia y “era la única persona haciendo esto”. Un día estaba a punto de dedicarse a otra cosa; al siguiente, en el escenario del BAFIM, en el Konex, compartiendo su experimentación sonora. Celeste Jacobo se sentía “una marciana” trabajando en sonido. Participar del programa del British Council le amplió la “ecología acústica”: hoy trabaja en su segundo EP, “Cristal luz”, y hace música generativa con A.I. Jazmín DEC_ es cantante, dj, productora artística, arquitecta, música, artista plástica y bailarina. Es de Santiago del Estero: “¡Participar de Mutek me abrió la cabeza!”, dice. Le permitió construir futuro y acercarse a personas maravillosas “desde el punto de vista artístico, humano y político”.
—Lo que empezó como una red se está haciendo infinito —resume Paula Rivera.
Todxs crean y empujan por la profesionalización del arte digital. Cuando piden tres deseos seguramente coinciden: poder vivir de esto, poder vivir de esto, poder vivir de esto.
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En su Instagram, Flor de Fuego cuenta que está reversionando un tema de Soda Stereo y creando “Ella usó mi cabeza como un live coder”. ¿Qué es el live coder? “El acto de escribir código en tiempo real para evaluar funciones de algoritmos”, cuenta. Es, también, un lenguaje (el de la programación) donde compartir es un verbo amigo. “Me gusta colaborar y aprender con otres.” Flor de Fuego es de La Plata. Edy Fung nació en Hong Kong pero está instalada en UK. Entre ellas colaboran y aprenden mutuamente. Hicieron match a través de Amplify. “Parecíamos muy diferentes pero encontramos muchas similitudes. Las dos sentimos curiosidad por lo híbrido entre la lógica y el misticismo”, cuenta la argentina. Pasan horas hablando de oráculos, de la fantasía humana de planificar y controlar el futuro, de teorías, libros y también de sus cosas cotidianas. Del otro lado del océano, Edy le dice a Anfibia: “¿Definir la experiencia en una palabra? ¡Expansión!”.
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Ser parte de la red Amplify D.A.I. significa que comenzó la cuenta regresiva para realizar una obra y que en ese proceso hubo acceso a viajes, residencias híbridas, networking, presentaciones Show&Tell, visitas a estudios, oportunidades en UK, Montreal, Argentina, Brasil o Perú.
“Con Amplify aprendí que detrás del desarrollo de un artista hay assets que no son solo dinero. Personas pensando, creando, conectando. Sin esos actores invisibles que visionan, convocan, acompañan y aconsejan no es posible el acto artístico”, dice Magdalena Molinari. Es arquitecta y artista visual: crea instalaciones con luz. Sensitive Superpositions es la obra de realidad virtual que desarrolló con la artista canadiense Erin Gee en el marco del programa. Del otro lado de los trópicos, Erin define en una palabra: “Inspiración”. Y agrega que le encantó viajar a Buenos Aires, tocar en el CaSO, investigar y descubrir la creación multimedia local hecha por mujeres y disidencias.
“A través de esta red pude realizar la curaduría y producción de Radio AMPLIFY x REA. Conformamos un line-up 100% compuesto por mujeres, tanto de la red de Amplify como de la escena más amplia. En lo personal, fue aprender desde cómo producir, organizar y curar un programa hasta descubrir que hay un gran interés en el terreno de la radio, de expandir la música experimental”, cuenta la artista multidiscipinaria Berenice Llorens, cordobesa radicada en Alemania, hoy a cargo del programa Beyond of_line transmitido en Refuge Worldwide (Berlín).
Uno de los principales desafíos de las mujeres y disidencias de las artes electrónicas es abordar el proyecto de manera 360 grados. No sólo se ocupan de lo artístico. Gestionan los lugares, la promoción, los contratos, los traslados, el vestuario, las luces, los enchufes, la velocidad del wifi, las acústicas, los monitores, los nervios, ¡la emoción! Por eso un foco del programa está puesto en el desarrollo de habilidades “duras”: aprenden más sobre booking, negociación, licencias, contratos, estrategias de visibilización local e internacional, buenas prácticas. Por eso en este tiempo, muchxs se sumaron a los equipos de producción de Amplify y Mutek: asumir roles activos en la gestión cultural y fortalecer modelos de autonomía fue una estrategia desplegada pensando en un día como hoy, cuando el financiamiento del programa cumple su ciclo. Los aportes técnicos y financieros que brinda Amplify D.A.I. son apenas la punta del iceberg de un programa pensado, fundamentalmente, desde el concepto de "sustento", para potenciar todo tipo de habilidades, también las intangibles, como la autonomía.
Algunos temas de talleres:
5 pasos para desarrollar una mentalidad triunfadora en la música
El arte cripto, desde LATAM al mundo
Ganarse la vida con la música
Muerte y decadencia, poesía y estética: debates sobre género y posgénero
“Amplify me dio fuerza para creer en mi proyecto y fortalecer mi autoestima”, dice Lain_9, DJ y artista multidisciplinar.
“También hicimos hincapié en el desarrollo de habilidades blandas: cómo vincularse, cómo cuidar la salud mental, cómo generar espacios de conversación segura para expresar inquietudes. Buscamos empoderar, acompañar a potenciar las habilidades que todas las personas tenemos”, cuenta Valeria Zamparolo. En las residencias con Somerset House Studios (UK), por ejemplo, hubo un ítem especial: meditaciones guiadas centradas en el movimiento, brindadas por la artista performática e investigadora del cuerpo Sophie Mars.
“En Amplify encontré amigas nuevas. Tenemos nuestro grupo de Whatsapp para comunicarnos, y el grado de creatividad es constante -cuenta Vanesa Massa, arquitecta y artista visual formoseña-. Con muchas no nos conocemos personalmente pero todas queremos hacer cosas. Estamos empujando. Ese chat me trae: te contagia o contagia.”
¿Cómo seguirles las pistas a lxs amplifiers.? A través de la web del programa (donde se detallan las trayectorias y obras de su centenar de artistas y también los impactos de este trabajo en red) , en la playlist de Spotify (63 artistas, casi 5 horas de música), en las memorias de procesos y residencias realizadas por ArtLab y Fundación Williams, en el archivo sonoro de Amplify x Rea. Y más allá de lo institucional, en todos los futuros escenarios y todas las plataformas y escenarios donde seguirán vibrando y constelando, como el próximo Mutek Buenos Aires.
