Fotos: Inés Budassi.
Los textos reunidos en “Donde nada se detiene. Literatura y el resto del mundo” (HD Ediciones, 2023) tienen en común lo que la escritora Beatriz Colombi llamó “una destreza cosmopolita”. Ajenos, deseados, rechazados: sus espacios siempre son intersticios; su autora es una cronista – crítica cultural –en este libro - que goza de dos cualidades difíciles de combinar: la ductilidad y la versatilidad.
De Antón Chéjov a Laura Ramos; de la mamá de César Aira a un Borges for China; de Osvaldo Soriano a Sex and the city; y de Evita en Broadway a “la verdad de la no ficción”: los tópicos que explora Sonia Budassi se resuelven bajo una lupa que de tan amplificadora termina siendo distorsiva; es híper-semiótica, interpretando y agregando un plus de significación a una mirada que es –en este universo políglota y omnímodo de Budassi- pura traducción y puesta en un nuevo contexto.
Es ante un novedoso y complejo sistema de relaciones entre la cultura pop, la política internacional y la literatura clásica donde la autora de cuentos y crónicas memorables de la literatura argentina del siglo XXI encuentra su signo diferencial. Sonia encara un viaje intelectual y emocional hecho de mapas, itinerarios, rutas, cronologías, y establece un pacto de no linealidad, saliendo de la unción de lo verídico por la arista más acertada: el salto a la cadena de los símbolos; aporta a la posibilidad disruptiva y anti-canónica de hacer devenir a la crónica de viaje en un relato no lineal, asociativo y multi-causal, en la escuela de nuestros mejores narradores del desplazamiento profundo y figurado –de Edgardo Cozarinsky a María Moreno; y de Liliana Villanueva a su maestra, Hebe Uhart-, siempre en las antípodas de aquellos veleidosos turistas del canje y los festivales que después vuelven con postales promocionales para consumo en stories de IG.
Sonia Budassi es de otro palo, su más reciente libro es escuela y es manifesto en ese camino: con la compilación de la obra periodística y ensayística -publicada en medios- de toda una vida demuestra que en esos mismos medios gráficos propició un proceso de construcción autoral, que ha resistido a la pulsión homologadora de los conglomerados mercantiles para que aflore eso que desvela a todo ser que escribe: el estilo. Éste se despliega en sus perfilados tan personales de escritor munido a su obra, que van de Fogwill a Limónov, unidos en la emoción que interpela a la cronista observadora híper-sensible, y que se dejan observar por una entrevistadora o crítica fanática que no elude la subjetivación del tema.
Los textos de Sonia Budassi constituyen lo real un paso más allá del acontecimiento, sin obviarlo, pero dotándolo de un revestimiento de recuerdo, de deseo y de impulso vital que interponen el filtro de la literatura.
Aquí está el testimonio de su paso por las principales redacciones del país de las últimas dos décadas; éste es su roce vibrante con el mundo contemporáneo del que pudo ser testigo directo –de Australia a China, o Palestina e Israel- para configurar eso que Edward Said llamó “las ficciones el viaje”. Los textos de Sonia Budassi constituyen lo real un paso más allá del acontecimiento, sin obviarlo, pero dotándolo de un revestimiento de recuerdo, de deseo y de impulso vital que interponen el filtro de la literatura.
Diestra observadora de seres que se esconden; receptiva ante las conformaciones culturales anfibias; ágil en la fuga y ante el caos; moderna y antigua; empática y excéntrica; fresca e intelectual: su obra es indisoluble del personaje que narra una realidad a su medida, cualquiera sea. Ella viaja intrépida y descentrada por los territorios del imaginario de nuestra época.