Un magistrado de la Corte pagó con libros una deuda que tenía con su padre, sastre. Desde entonces lee para no estar sola y se hizo periodista para asegurarse. Con el tiempo el periodismo que defiende adquirió esa definición: andar con los otros para encontrarse y contar. Sí, es romántica.
Se atreve a escribir, pero le gusta más escuchar. De ahí han salido “Tierra de sangre” (2009), “Córdoba una tierra que suena” (2011) y "La voz de los lápices" (2022).
En 2021 obtuvo una beca de Reporteros sin Fronteras (RSF Alemania) y con el apoyo de la Konrad-Adenauer-Stiftung (KAS Colombia) produjo y dirige el museo virtual de la memoria Entre Ríos Museo que forma parte de la escritura inacabada de su tesis doctoral de Estudios Sociales de América Latina de la Universidad de Córdoba (Argentina).
En compañía de gente buena hizo cosas chéveres en Consejo de Redacción, organización que promueve el periodismo de investigación en Colombia y que cofundó; en la Unidad de Datos de El Tiempo, que creó y editó, así como en otras organizaciones, medios y plataformas que le permitió con amigos ganar varios premios de periodismo a nivel nacional e internacional como el Gabo (2018) y el Ortega y Gasset (2016). Ahora enseña y aprende en la U Javeriana y comparte el camino en la Fundación Gabo.
En su otra vida enseñó a bailar música folclórica en su Caribe. En esta sueña con volver a ello para contonear el saudade que la define.