Muchas de las noches de esta semana, antes de dormir, después de cerrar los ojos, el fotógrafo Diego Chapay pensó en sexo. A veces en lo que tiene que hacer al otro día, otras lo que le faltó hacer el día anterior, pero muchas en sexo.
Empezó a sacar fotos en 1999. En ese momento sabía cuantas fotos sacaba, ¿las contaba? Dejó de hacerlo en 2001, dos años después: quizás le aburrió la cuenta, o descubrió el sinsentido de ese número que, gradual, iba creciendo sin detenerse.
Vive en La Plata, estudió con Yuyo Pereyra, Julio Fuk y Juan Travnik.
Publicó sus fotos en revistas y distintas muestras como la de Fotografías de América Latina, en Albacete, España.
La mejor fue una de un colchón tirado en la costa del río, en Los Talas.