Rodolfo Páez, como marca su DNI, nace el 13 de marzo de 1963 en Rosario. Su primera infancia tiene al fútbol como principal pasión, mientras el equipo de música de su padre lo entretiene con temas de Duke Ellington, Antonio Carlos Jobim, Frank Sinatra y Astor Piazzolla. A mediados de los ’80 y como tecladista, autor y arreglador en la banda de Baglietto, llega a Buenos Aires. En uno de esos días, en los camarines del Teatro Coliseo conoce a Charly García y al poco tiempo ya está en su banda. Lo que sigue es historia conocida: miles de discos desde su primer trabajo solista editado en 1984, Del ‘63, pasando por películas y libros propios, premios y aplausos en salas de distintos lugares del mundo. Su obra y su manera de estar en el mundo lo ubican como el referente de la música popular latinoamericana de las últimas décadas.
N.d.R.: En su bio oficial falta un concierto, el que dio apenas llegó el covid a la Argentina, el primero que un músico local brindó de manera gratuita y on line durante el aislamiento. Sus canciones fueron catarsis, desahogo del miedo social, cable a tierra. Vino a ofrecer, además, su inteligencia, su facha y humor. Fue el 22 de marzo de 2020. Cantó hits y temas de su nuevo disco, La Conquista del Espacio, el que iba a presentar en el Hipódromo de Rosario hasta que la pandemia nos obligó a la pausa. Por esos días también dejamos de ir a la redacción de Anfibia. Lo que más nos dolía de la cuarentena, ingenuxs, era que varixs teníamos entradas para ir a ese recital, allá cruzando la ruta 9, habíamos sacado campo, ¡hacer un viaje juntxs! Fito terminó viniendo a casa, por streaming.