Por Matías Di Santi y equipo de Chequeado
Tras la difusión en 2017 de un proyecto de ley de la diputada nacional Paula Urroz (Cambiemos) que abría la posibilidad de volver opcional la vacunación, distintas personas, como el ex ministro de Salud de la Nación Ginés González García o el actual subsecretario de Estrategias de Atención y Salud Comunitaria, Jorge San Juan, destacaron el actual calendario nacional -obligatorio y gratuito- como uno de los más completos del mundo. ¿Qué muestran los datos?
El calendario nacional de vacunación cuenta con 18 vacunas para todas las poblaciones, que deben colocarse entre los primeros días de vida y la adultez, y dos más exclusivas para las personas que viven en zonas de riesgo (fiebre amarilla y fiebre hemorrágica argentina). Se trata del listado oficial del Ministerio de Salud de la Nación, y en todos los casos el Estado nacional las otorga en forma gratuita en centros de salud y hospitales públicos.
En cuanto a otros países, “la comparación es difícil, porque hay enfermedades que se pueden prevenir con vacunas por separado o con una sola combinada que proteja contra más de una a la vez, hay enfermedades con más presencia en un país o territorio (como la fiebre amarilla), y sistemas -como el europeo- donde se recomienda un calendario de vacunación pero no se provee gratuitamente o no es obligatorio. Dicho esto, la Argentina tiene uno de los calendarios más amplios”, explicó la ex directora del Programa Nacional de Inmunizaciones entre 2007 y 2016, Carla Vizzotti.
De acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Argentina tiene un calendario de 22 vacunas (suma a las 20 señaladas, por ejemplo, la vacuna contra el cólera que se aplica a los militares). Así, supera a la mayoría de los países del mundo. El Reino Unido, por ejemplo, posee 16. Brasil, por su parte, figura con un calendario de 28 vacunas, pero varias se aplican en forma privada y otras en grupos más reducidos que en nuestro país.
Hasta 2003 el calendario argentino contaba con ocho vacunas. En 2012, la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Mirta Roses, expresó en una carta que “la introducción en los últimos tres años de nuevas vacunas en el calendario, como la de influenza, neumococo y papilomavirus humano (HPV), así como hepatitis B para todos los adultos mayores de 20 años, sitúa al calendario vacunal de Argentina como uno de los más completos y avanzados de la región”.
Las especialistas consultadas coincidieron en resaltar la importancia de contar con un amplio calendario de vacunación de forma gratuita y obligatoria. “Esto genera igualdad porque, por un lado, se protege de la misma manera a todas las personas sin importar dónde viven o su realidad económica. Por otro, porque al vacunarse uno también ayuda a proteger a todos: se logra el efecto de inmunidad colectiva cuando hay un gran porcentaje de personas vacunadas en una comunidad”, destacó Romina Libster, especialista en vacunación e investigadora del Conicet en la Fundación Infant.
En un comunicado conjunto, la Sociedad Argentina de Inmunología, la Sociedad Argentina de Infectología y la Fundación Huésped, en el que criticaron el proyecto de Urroz, sostuvieron: “El sólo hecho de que un niño pueda quedar desprotegido por falta de vacunación representa un peligro social, ya que no sólo él queda vulnerable sino que también pone en riesgo a sus semejantes al no contribuir a la inmunidad general de la población”. En el contexto de las críticas, la diputada terminó suspendiendo “hasta nuevo aviso” una jornada sobre vacunación que iba a tener lugar en el Congreso, con el argumento de que había “utilización política” en torno al tema.
“La vacunación, luego de la potabilización del agua, es el hito sanitario que más vidas ha salvado en el mundo a lo largo de la historia de la humanidad”, concluyeron en el mismo comunicado las organizaciones médicas citadas.