Ensayo

Testimonio


¿Qué es el aborto, mamá?

¿Cómo les explicamos el aborto a niños y niñas? Julieta Saulo, referente del parto humanizado, creía que entre su hija de 9 años y ella no quedaban temas desafiantes. Así le habló sobre el derecho a decidir.

Texto publicado el 5 de marzo de 2018.

Un día cualquiera, a una hora cualquiera, escucho la vocecita de mi hija de 9:

—¿Qué es el aborto, mamá?

(Silencio)

—¿GUAT?

Claro: Una piba que te explica cómo nacen lxs bebés y cómo lxs médicxs “les hacen la violencia obstétrica a las mujeres”, qué me va a preguntar, ¿sobre la cigüeña y su vuelo desde París? Definitivamente, no.

Intentar llevar adelante una crianza feminista, con perspectiva de género y de clase no es tarea fácil. Menos en un mundo en el que las maestras me llaman porque mi hija les explica a sus compañeritxs “cómo nacen lxs bebés”.

Es el Siglo XXI señoras y señores. Niños y niñas acceden a la información -no siempre apropiada para su edad y maduración- aunque nosotrxs no se la ofrezcamos.

Si las escuelas aplicaran el Programa de Educación Sexual Integral y no tuvieran esos materiales archivados y llenos de polvo ninguna familia estaría sola y arbitrariamente hablando de estos temas. No es tarea fácil pero vale la pena intentarlo.

Yo no tengo la fórmula secreta de la crianza de lxs mini-seres, eh. Esto les digo a las familias que atiendo y acompaño como puericultora, y me lo digo a mí misma todo el tiempo. Esa fórmula no existe, hay que inventarla en la medida de las posibilidades reales y no ideales de cada familia, tenga el formato que tenga. Lo mismo que las respuestas.

Confirmé una vez más que tener un/a hijo/a no significa vivir rodeada de algodón y óleo calcáreo, y que es urgente pensar e incluir la crianza y los partos en la agenda feminista. Las maternidades desde el deseo y no desde el mandato es un hecho político y una herramienta para deconstruir el sistema. Las mujeres madres también cogemos, usamos Tinder y Happn, salimos a laburar haciendo malabares con ese trabajo invisible que todo lo sostiene y que casi nadie ve. Y también abortamos.

Una crianza feminista es saber también que los niños y niñas son sujetos de derechos, que no hace falta infantilizarlxs para contarles cosas. En la época de los cuentos de antiprincesas, donde las identidades no son solo binarias, donde las cosas se llaman por su nombres, lxs adultxs también necesitamos tener herramientas para contarles y proteger a los más chicos.

***

—Hija, el aborto es la posibilidad que tienen las mujeres de decidir sobre sus propios cuerpos cuando hay un embarazo. Es el derecho a poder interrumpirlo.

—¿Es matar a lxs bebés, má? ¿Es que no quieren ser madres?

Confieso que en ese instante comencé a hiperventilar. Como madre creía que ningún tema iba a resultarme tan desafiante. En seguida imaginé a mi hija, a los 30 años, como la señora del bebito y me sentí morir. ¿Y la crianza feminista? ¿Y los derechos y la autonomía sobre nuestros cuerpos? Y, y, y… La maternidad también es esto, que te llenen de preguntas todo el fucking tiempo.

—No hijita, no es matar a los bebés. Abortar se trata de que las mujeres podamos elegir. Vos te imaginás a un bebé rosado, gordo y vestido, pero no es eso. Entender en qué momento comienza la vida de ese bebé es una construcción biológica y cultural. ¿Entendés? Hay distintas posturas. A mucha gente el aborto le parece un asesinato, piensa que es matar una vida. Eso es perverso y hace que, si nos embarazamos, estemos obligadas a parir. El cuerpo es nuestro, lo ponemos nosotras. Y hay muchas razones por las que una mujer elige no ser madre, ya sea en un momento concreto de su vida o para siempre. Que vos seas una mujer no significa que vas a ser madre sí o sí el día de mañana. Podés elegir una vez sí, otra vez no, según las circunstancias. Esto sucede en nuestros cuerpos y es una responsabilidad que adquirimos de por vida, no nos pueden forzar a vivirlo.

—Ah.

Escuchó todo y se fue a jugar.

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***

Unos días más tarde volvemos a la carga con el tema.

—¿Cómo le explicarías el aborto a alguien de tu edad ? -le pregunto.

—Y... Le diría que es cuando las mujeres están embarazadas y no quieren estarlo entonces van a un lugar y se lo terminan.

Semanas después me dice:

—Má, ¿y dónde les terminan el embarazo a las mujeres que no quieren estar más embarazadas?

—Mirá, hija, depende. En muchos hospitales se puede y se debería hacer. Pero como el aborto en Argentina no es legal para todas, muchas lo hacen solas o pagan para que se los hagan.

—¿Cómo solas?

—Claro, solas, en sus casas.

—¿Pero cómo? ¿Cómo lo hacen?

—Y, depende. Algunas pueden comprar unas pastillas que son cada vez más caras. Esas chicas generalmente tienen la suerte de contar con una red grande de mujeres que las apoyan y las cuidan. Otras, la gran mayoría, están muy solas en un momento así y quizás ni saben de esas pastillas y utilizan elementos que en muchos casos las ponen en peligro.

Mientras escuchaba, la carita se le iba desfigurando. Pude ver con mis propios ojos la definición de la palabra asombro en la expresión de mi hija.

—Pero eso está mal, mamá. ¿Cómo solas las mujeres? ¿Qué pasa con ellas?

—Algunas se mueren. Hay una frase que dice “las ricas abortan y las pobres mueren”. La principal causa de muerte de personas que están embarazadas son los abortos hechos así.

(Silencio)

—Eso está mal, mamá. ¿Por qué no hablás con la tía Salomé y hacen una ley para que no pase más? Tenés que trabajar con esto.

—Sí, hija. Hay muchas compañeras que ya armaron las leyes que vos decís, pero los gobiernos no las quieren debatir.

(Silencio)

—No importa, má. Cuando yo sea presidenta voy a hacer esa ley. Así cuando una mujer quiera abortar pueda hacerlo y ya no esté más sola.