Verónica Gago llegó a Buenos Aires cuando tenía 6 años. Uno de los primeros recuerdos de esa nueva vida es una tarde en un cine viendo La Sirenita. Deslumbrada, dijo: yo también quiero nadar así. En Chivilcoy, su ciudad natal, nunca había sentido curiosidad por el agua. Dio las primeras brazadas una semana después de ver la película y desde entonces no paró.
Era una niña todavía cuando Buenos Aires le ofreció un segundo vicio, además de las piletas: una plaza llena de libros. Sus padres comenzaron a frecuentar la feria de libros usados del Parque Rivadavia. De esas visitas, Verónica siempre volvía con un libro. Pero ya había libros antes de esa vida porteña. Ella recuerda dos, que leyó a los 5 años: Genoveva de Bravante, y uno de leyendas
americanas. Estudió Ciencia Política y se doctoró en Ciencias Sociales, en la Universidad de Buenos Aires, donde hoy es docente de Economía Internacional y de Culturas Latinoamericanas. Es docente en Idaes/Unsam. Pasó por varias redacciones: Página/12, El Porteño, 3 puntos, TXT, Debate, Brecha, y es parte de la editorial independiente Tinta Limón. Publicó los libros “Controversia. Una lengua del exilio” (Biblioteca Nacional, 2012) y “La razón neoliberal. Economìas barrocas y pragmática popular” (Tinta Limón, 2014)
Verónica vive en un lugar hermoso y desconocido de la ciudad: el barrio Los Andes, en Chacarita. El complejo fue diseñado por un arquitecto que imaginó viviendas colectivas. Hoy son 150 departamentos fraccionados en 17 cuerpos de 4 plantas. Tiene un enorme parque interior -con una pérgola y una fuente- en donde Verónica camina y juega con su hijo de dos años y medio.