Lo más lindo de editar es que, después de meses -a veces años- de preparar un libro, armarlo, elegir la tapa, la contratapa, a veces el título, revisar las correcciones, las pruebas de imprenta y una larga lista de etcéteras, un día recibís las cajas de la imprenta, las abrís y finalmente podés tocarlo, dice Vanina Colagiovanni.
Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UBA, desde 2007 es una de las editoras de Gog & Magog y se dedica a la gestión cultural.
Detesta descubrir erratas.
Lo mejor que leyó últimamente es El gran cuaderno de la húngara Agota Kristof, un libro fascinante y cruel por partes iguales, una escritura a la vez sedosa y cortante. Se trata de dos hermanos gemelos que, en medio de la guerra, quedan al cuidado de una abuela despiadada, a la intemperie en todo sentido.
Es de esos libros que le gustaría haber escrito a ella, que ya lleva publicados varios: la novela, Laguna (Bajo la Luna, 2016), y tres de poesía por Gog & Magog, Travelling (2004), Sala de espera (2007) y Lo último que se esfuma (2011). También participó de las antologías Quedar en lo cantado (2009), Fuego cruzado (2009) y Mirad al cielo: ¡los renos caen ardiendo! (2009).
Su país favorito es, desde luego, Japón. Todavía sigue bajo su hechizo.