Nació en un suburbio de Buenos Aires, cerca del Delta del Río Paraná. Cuando en 7° grado salió abanderada, sus padres le ofrecieron un regalo. Ella eligió un grabador y una filmadora porque iba a ser periodista. Era una vocación heredada de nadie, una especie de intuición primitiva. Cuando terminó el colegio secundario, la dictadura era una amenaza palpable y su padre se negó, rotundo, a que estudiara una carrera peligrosa. Fue obediente. Tuvo una profesión que jamás ejerció, consiguió empleo, escribió notas sobre economía y finanzas, se casó, pagó una hipoteca, tuvo dos hijas, leyó novelas y fue bastante feliz. En 2010 comenzó a ir a un taller de periodismo narrativo. Sigue yendo. Todos los lunes, para que jamás vuelvan a ser el peor día de la semana. Sus perfiles y crónicas se han publicado en Gatopardo, Internazionale, Courrier, Travesías, Anfibia, Rolling Stone, La Nación, Viva, Sophia, Perfil, y en los blogs de Eterna Cadencia y Escritoresdelmundo.com. Es autora, junto a otros colegas, de Voltios. La crisis energética y la deuda eléctrica, Planeta, 2017. Firma las notas con el apellido de su madre por aquello de que trabajó tanto para comprarle sus regalos de periodista.