Todo no se puede. Hernán Ronsino es escritor, sociólogo y docente de la Universidad de Buenos Aires pero con las cosas prácticas no hay modo. Tiene actitud, le pone ganas pero es como si el Cosmos se aliara en contra de que pudiera resolver pequeños detalles. Ayer, contra todos sus pronósticos, pudo arreglar unos cables y se sintió útil.

 

Antes de quedarse dormido, piensa en una pileta larga, las paredes de venecitas celestes. Como dice el tango: el agua blanda.

 

Nació en Chivilcoy en 1975, pero desde 1994 vive en Capital. Coeditó la revista epistolar En Ciernes y publicó las novelas La descomposición, Glaxo y Lumbre, traducidas al francés, italiano y alemán.

 

De los modos de contar de su padre, de la biblioteca que silenciosamente fue construyendo su madre, en un lento proceso de acumulación al que se sumaron muchas otras cosas nació su deseo por leer y contar. Así, de a poco, fue Ronsino convirtiéndose en escritor.

 

Algunos días, al despertarse, escribe sus sueños. Allí, en el papel, al parecer se vuelven más intensos. Recuerda, ahora, el epígrafe de una novela genial de Kenneth Cook: “Qué sueñes con el diablo y sientas pánico al amanecer”.