Fernando Carrera nació en Buenos Aires en 1969. A los once años tomó sus primeras fotos y nunca paró. Trabajó en decenas de medios gráficos, hoy colabora con Infojus Noticas, Hola, Ohlalá!, entre otros. En paralelo produjo una obra personal que expuso en distintos lugares y con la que obtuvo premios y menciones.
Su hermano Eduardo recuerda que cuando eran muy chicos y vivían en Chaco, Fernando robaba las cámaras de sus padres, tomaba fotos y enviaba los rollos a Resistencia. Las imágenes reveladas demoraban más de un mes en llegar al pueblo.
De Chaco, Fernando se fue a Buenos Aires y de allí a Entre Ríos, donde fue jefe de fotografía de un diario. La pasaba bien, era feliz, hasta que en el 2001 todo voló por los aires y tuvo que volver a Buenos Aires.
Los que conocen a Fernando dicen que tiene una refinada sensibilidad que cubre con una fachada dura, tanto en su personalidad como en las fotos que toma. Con los años ha construido una obra fotográfica melancólica y a la vez vital, glamorosa e introspectiva, efevervescente y reflexiva. Buena parte de esa obra la hizo en Punta del Este, mientras cubría temporadas veraniegas. Algo de todo eso mostró en octubre de 2013 en el “Invisible” del Buenos Aires Photo.