Daniel García trabajó casi toda su vida en lo que ama, la docencia y el fotoperiodismo.
Decidió que iba a ser fotógrafo cuando se enamoró de las imágenes de los fotógrafos de editorial Abril, de Henry Cartier-Bresson, Eugene Smith, Robert Capa, pero fundamentalmente de Jorge Aguirre, a quien admira como el mejor fotógrafo argentino de todos los tiempos y que no es “Bresson” en la consideración universal solo por haber nacido aquí.
Aconseja: “Vean su obra, es monumental”.
Si bien se desencantó con ambas a lo largo de los años, cree que el desaliento con la prensa, que ya tenía “una posición de mierda” cuando empezó a trabajar llegó a lo más alto y ruin a lo que un negocio puede llegar. De información no habla, claro. Sigue tratando de informar, con las limitaciones del caso, sin aceptar condicionamientos. Pero no siempre se logra.